Es obvio que puede repetirse lo mismo del Pacífico y de esos departamentos olvidados del sur del país, pero miremos el caso de nuestra región. Los mensajes son contundentes: primero, esa pobreza que nos caracteriza aun en las capitales de departamento va a estar en la agenda del próximo gobierno y no en la última página de prioridades como hasta ahora. Segundo, la derrota de estos clanes políticos es ya una realidad que significa un cambio de esos que se han soñado, pero que por décadas se creyeron imposibles de lograr.

Empecemos por lo primero. El gran cambio tiene que ser entendido de manera clara especialmente por esa dirigencia tan apartada de los sectores pobres, vulnerables y en general marginados del poder local, pero especialmente nacional. Ya el contentillo no debe ser esperar que se nombren en el gabinete ministros costeños que especialmente en este último gobierno generaron más vergüenza que soluciones a ese marginamiento crónico de amplios sectores urbanos, pero especialmente rurales. Para solo señalar una muestra de esta realidad: la imposibilidad de ejercer el voto por estar incomunicados ante la inexistencia de infraestructura para llegar a los sitios de votación. En el Caribe, pero también en el Pacífico, este aislamiento quedó evidencia en el esfuerzo que muchos tuvieron que hacer para poder votar. Democracia con aislamiento físico no puede continuar.

Pero para cambiar estas realidades por parte de las políticas nacionales es fundamental el replanteamiento de la política local. Hasta ahora el bolsillo y no las necesidades de la gente que representan ha sido la forma en que muchos, no todos de los que se eligen, han interpretado su liderazgo regional. Eso no puede ser y depende de nosotros, elegirlos o no.

Segundo, como debe repetirse hasta el cansancio, es fundamental renovar el liderazgo político, acabar con esa política heredada que pasa de generación en generación sin que nadie rinda cuentas de sus inmensos pecados que han llevado a este rezago del desarrollo regional de esta parte del país. Si alguien ha salido golpeado en estas elecciones es precisamente este tipo de políticos, los conocidos clanes que han contribuido a realidades que se debían haber superado hace mucho tiempo. Con qué cara van a pedir ahora que se reelijan cuando fueron claramente derrotados.

Llegó la hora de volverse exigente con quienes aspiran a ejercer el poder político; llegó la hora de frenar de raíz la compra de votos que nos ha caracterizado; llegó la hora de impulsar ese sector ilustrado que no ha tenido la oportunidad de expresarse. Ese es el cambio, ese es el Acuerdo Nacional que esta parte del país debe apoyar con la esperanza de que se empiece a modificar la triste realidad de millones de marginados en esta región. La Costa Caribe presente tiene todo el derecho en el próximo gobierno de exigir, pero también la obligación de dar. cecilia@cecilialopez.com
@CeciliaLopezM