Si alguna parte del país tiene que analizar conjuntamente pobreza e inflación es precisamente el Caribe colombiano. Este es un tema que para nada conmueve a amplios sectores responsables tanto en el sector público como en el privado, pero precisamente porque estamos ad portas de un nuevo gobierno, es necesario insistir. Para empezar, las últimas cifras de quienes son pobres o apenas sobreviven por sus limitados ingresos, demuestran que es imposible no prender luces rojas. Es más, casos como el de la Guajira con 68% de pobreza monetaria sí es nuestro problema porque además el conjunto de nuestros departamentos tiene un nivel superior al nacional, 39%, y el hecho de que el Atlántico sea el de menor nivel, 35% tampoco es para celebrarlo como una fiesta. Más de un tercio de la población sin poder cubrir sus necesidades básicas no se puede justificar con que Barranquilla sea una maravilla como afirman las élites.

Esta realidad de la inmensa pobreza que tiene su peor cara en amplios sectores rurales con una de las mejores tierras del país, debe ser el punto de partida para analizar los altísimos niveles de inflación que ya superan en el nivel nacional, la insólita cifra del 9% anual. Y en el Caribe es aún mayor: en Santa Marta, 12,3%, Valledupar y Riohacha, 11,2%, Montería, 10,48%, Sincelejo, 9,5% y Barranquilla, la ciudad supuestamente perfecta, 10,64%. ¿Es necesario repetir que la inflación es el peor impuesto para los pobres? Pero además atribuir esta realidad solo a la guerra entre Ucrania y Rusia es desconocer parte de uno de nuestros grandes errores cometidos en Colombia que es más grave en la Región Caribe: el descuido del sector rural, de la producción de alimentos cuando tenemos todo para ser una de las grandes despensas de nuestro país. Pero no. La concentración de la tierra, la ganadería extensiva y poco productiva, el microfundio de muchos de nuestros campesinos, no han logrado trasnochar a nadie.

Interesante preguntarles a los ministros de "Bienvenidos al futuro," cómo se sienten cuando bajo el argumento de que los precios de los alimentos eran más baratos en el mercado mundial, era mejor estimular importaciones que hacer las reformas estructurales para que volviéramos a ser autosuficientes en alimentos. La pérdida de un millón de hectáreas de producción de perecederos gracias a la Apertura, jamás ha pasado la cuenta de cobro a quienes deben responder por esto.

Llevamos meses en esta situación y el gobierno se queda en argumentos inaceptables: todo se debe a la guerra. Perdón. ¿Qué ha hecho usted señor ministro de Agricultura para estimular la producción de alimentos perecederos para empezar a sustituir importaciones y darles ingresos a esos campesinos que en un 89% son pobres y vulnerables según el DANE? Además, como está demostrado, subir tasas de interés por parte del Banco de la República y bajar aranceles por parte del gobierno hasta ahora no han sido medidas suficientes. Respondan señores del gobierno porque esta situación le explotará en la cara y ojo también señores gobernadores y alcaldes de nuestra Región Caribe.

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@CeciliaLopezM