El manejo de la salud pública y el medio ambiente, cada vez más, vienen siendo determinantes en la vida de las personas en todo el mundo. Enfrentar los cambios ambientales es una de las dificultades más serias, de las cuales no se escapa ningún gobierno. Si sabemos que existen, lo mejor, es tener en cuenta sus posibilidades y prevenir los denominados desastres que cada vez viene azotando el universo, en la actualidad, como los fenómenos del Niño y la Niña.

La salud pública ambiental, que se refiere a la intersección entre el medio ambiente y la salud pública, aborda los factores ambientales que influyen en la salud humana, y que incluyen factores físicos, químicos y biológicos, y todos los comportamientos relacionados con estos. Conjuntamente, estas condiciones se denominan determinantes ambientales de la salud. Las amenazas, de cualquiera de estos determinantes, pueden tener efectos adversos en la salud y el bienestar de toda la población. Abordar los determinantes ambientales de la salud, mejora directamente la salud de las poblaciones. Indirectamente, también, el progreso y la producción, aumentando el disfrute y la calidad de vida.

Alrededor de 28 millones de personas carecen de acceso a una fuente de agua potable, 83 millones de personas no tienen instalaciones de saneamiento mínimas, lo que provoca un alto número de muertes evitables.

Riesgos químicos, como la exposición a plaguicidas tóxicos, plomo o mercurio, afectan permanentemente a niños y mujeres embarazadas. Otras sustancias químicas tóxicas pueden llevar a enfermedades crónicas o irreversibles, como defectos congénitos y del desarrollo del sistema nervioso.

La aparición de incendios y la producción de humo han repercutido en enfermedades respiratorias. Los factores climáticos, han dañado un gran número de procesos, que alteran el funcionamiento del cuerpo humano, con alteraciones severas en las vías respiratorias.

La aparición de nuevas enfermedades, indudablemente que están relacionados con estos fenómenos ambientales, pero no son su causa, como hipotéticamente ha presentado nuestro presidente, quien tiene derecho a equivocarse, pero lo que no es aceptable, es que sus asesores o quienes lo acompañan, no le hagan rectificar. Porque, con esta explicación, nos regresaría a épocas antiguas de la generación espontánea, en el medio ambiente, están todos los males, desconociendo el descubrimiento de virus, bacterias, parásitos, hongos y otros.

Tampoco las asociaciones médicas se han pronunciado. Con todo el respeto que me merecen, tengo que llamar la atención, para no seguir llevando esas falsas ideas que desaparecieron, desde cuándo se inventó el microscopio, ese que nos ha ayudado a controlar en nuestra época una gran cantidad de agentes infecciosos.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, o del milenio ya no podrán ser alcanzados para el 2030. Y menos, si no decidimos desarrollar en forma seria la salud pública ambiental. Lo cual, solo se podrá lograr, sino a través de enfoques inter programáticos, intersectoriales, multisectoriales, subnacionales, nacionales e internacionales. Sigamos, caminos más razonables, sin abandonar los avances de la ciencia y tecnología.