Con el pensamiento firme, y fresco, con el recuerdo de las conversaciones con mi padre, en ese día, en que los padres tenemos un reconocimiento mundial. Debacle, significa, desastre, calamidad, catástrofe, ruina, cataclismo, hecatombe, una palabra, no deseada ni de pronunciar, que mi padre me enseñó. No creo equivocarme, que, si no, a todos, una gran mayoría, estamos, levantándose, y pensando, seriamente en las posibilidades de estar yendo a una debacle, lo que significa, que la situación social, política y económica, va en un camino que no puede ser diferente, al del enfrentamiento entre hermanos de un mismo país, en el que la madre Patria, viene siendo desconocida, irrespetada y violada en todos sus aspectos, por un poder político, que en una forma absurda, parece haber olvidado a sus hijos. Aquellos, quienes hacemos parte de las mayorías desconocidas y maltratadas, estamos condenados al olvido, porque a nuestros dirigentes, padres de la Patria, nos llevan a una situación de desplome de las instituciones, con la necesidad de una Asamblea Constituyente. Constituyente, que permita lograr los cambios desde las raíces, para establecer un régimen, similar al de los vecinos y otros países que cada vez se muestran peor, tratando de llegar a un socialismo hipócrita o a un comunismo despreciable. Sistemas obsoletos que ya parecían haber quedado en el pasado, cuando vimos las estatuas de Mao Tse-Tung, caer de sus pedestales y destruidas por sus propios seguidores.

Sí, es cierto, que necesitamos cambiar, haciendo que la justicia lleve a la cárcel, a quienes han realizado toda clase de desmanes. La persecución implacable debe terminar con la ley en las manos y colocar un punto final, que más le hacen daño a la Patria y a todos sus hijos. Borrón y cuenta nueva.

La debacle se evidenció, con los cambios propuestos para la Salud, de un sistema perverso, y quebrado, pasar a uno con características fascistas, de manejo autocrático sin participación de sus bases, de la gente, que la necesita y los trabajadores de la salud, olvidados y sacrificados, en medio de condiciones denigrantes y vergonzosas. La Reforma no pasó y se está haciendo autocráticamente, por encima de todos.

La justicia y el orden, insignias de nuestra Patria, cada vez más deteriorados, cuando, se violan los niños, se ultrajan las mujeres y se paga para desaparecer a quien levante la voz o muestre, un liderazgo social. Se irrespeta la autoridad y se ejecutan los crímenes más horrendos.

Sé que el Presidente no nos oye, pero me gustaría decirle personalmente, esto, que creemos muchas personas. Con el atentado al padre de la VicePresidenta, se muestra que, nadie está seguro en este país, afortunadamente, está vivo, por estar con carro blindado y fuerte apoyo de personal, que muchos no tenemos. No cree el Presidente, que nos está llevando a una debacle y no a la paz. Que se necesita, que acabe con sus odios, dando una muestra de perdón, y reconciliación, para acabar con una guerra inicialmente política, por la que ya algunas regiones están siendo sometidas. Que todos vamos para allá? Que el descrédito financiero del país, es cada día peor. Que por estar haciendo política, se han abandonado las emergencias que vive el país. Su mejor política internacional, es mostrar un cambio en su propio país. El Presidente, con una votación a su favor de medio país, olvida el otro 50 % de los ciudadanos, por lo que puede llevarnos a una guerra civil.

Qué bueno sería verlo sentado en la mesa, con sus enemigos políticos para lograr la paz total, que nunca se podrá alcanzar pero, que al menos cobije a las mayorías. Es el momento de hacer un gran esfuerzo, para evitar la tan reconocida y temida debacle.