Ser emprendedor es convivir con un tipo de dolor que pocos entienden. Cuando eres empleado sabes que, mal o bien, a fin de mes llegará tu sueldo. Pero el emprendedor vive mes a mes frente a un Excel, restando ingresos, costos y gastos para saber si ganó o perdió

El año pasado, según Confecámaras, se crearon casi 300 mil nuevas empresas en Colombia, la mayoría microempresas. Todo indica que este año la cifra será mayor. Debería ser una gran noticia. Pero lo fácil es ir a la Cámara de Comercio. Lo difícil es sostenerse.

Las cifras lo confirman: de cada diez microempresas que nacen, solo tres superan los cinco años. Y apenas una logra realmente prosperar. No es por falta de ganas. Es porque emprender exige planeación, disciplina, investigación, resiliencia, riesgo, criterio… y una enorme capacidad para aguantar dolor.

Detrás de cada caso “exitoso” que vemos en Instagram o LinkedIn hay noches de insomnio, decisiones dudosas, apuestas fallidas y otras que casi tumban la empresa. Los negocios son como un electrocardiograma. Suben, bajan, se sacuden. Como decía el consultor Efrén Martínez, si la línea fuera recta, la empresa estaría muerta.

Y en ese sube y baja, la diferencia entre sobrevivir o no suele estar en algo tan simple como asesorarse.

Pocas cosas son más solitarias que emprender. Un directivo de una gran empresa tiene jefe, junta y estructura par consultar. El emprendedor está solo.

El Caribe colombiano vive hoy una ola poderosa de dinamización empresarial. Eventos como Caribe Biz, Caribe Exponencial, XPO Probarranquilla y otras iniciativas son fuente de conocimiento para quienes intentan cruzar el temido “valle de la muerte”.

Y en este contexto destaca la iniciativa del empresario Francisco Posada (expresidente de EL HERALDO), quien lidera los Comités Consultivos Xkalar, junto a empresarias y empresarios como Aquiles Mercado, Eduardo Rosado, Niella Sabatino, Verónica Duarte, Arnold Gómez, Nicolás Costa, Silvia Cayón, entre otros. La propuesta es simple y poderosa: darle a pequeñas y medianas empresas acceso a criterio experto, acompañamiento real y un espacio para hacer mejores preguntas.

Este es un mensaje para los emprendedores: no están solos. Hoy existe acceso a orientación financiera, legal, tecnológica, administrativa, comercial y de talento humano de la élite consultora del Caribe.

Porque el dolor del emprendedor no es un castigo, es un síntoma. Significa que la empresa sigue viva, que late, que aprende. Y ningún dolor debería vivirse en soledad. Para eso están los mentores, los consultores, los comités: para que duela lo necesario… y para que cada golpe se convierta en una enseñanza para tomar mejores decisiones.

@eortegadelrio