Lo que ha revelado el concejal Recer Lee Pérez traduce, siguiendo el mensaje bíblico de Jesús, que quien esté libre de pecado en el Pacto Histórico del Atlántico que tire la primera piedra. En la encarnizada lucha por la cabeza de lista a la Cámara de Representantes, Jaime Santamaría, el candidato de Pérez, ganó gracias al concejal y al denominado Clan Torres (con poder político en el Pacto Histórico y megacontratación en el Gobierno nacional), pero Pérez aseguró, en ruidosas declaraciones al colega Jorge Cura, que también Antonio Bohórquez tuvo varios respaldos, entre ellos el de sus compañeros concejales de Barranquilla, y que la juvenil Andrea Vargas, asimismo, fue apoyada por el exsenador Eduardo Pulgar. Armar la lista en unidad, tras este zaperoco, no parece fácil.
Creo que serían preferibles las consultas internas. La ley estatutaria 1475 de 2011, que reglamentó la organización y funcionamiento de los partidos y movimientos políticos, contempla las consultas internas en las cuales “solo puedan participar los miembros de la organización política que se encuentren en el registro de afiliados”. Además, se requieren criterios selectivos en los partidos y movimientos. A falta de estos, varios influencers accedieron a los primeros puestos en las listas de Congreso del Pacto Histórico, confundiendo popularidad con liderazgo político.
Pese al rifirrafe en el Pacto Histórico, hay que reconocer que la consulta abierta definió la conformación de sus listas al Congreso por la vía del voto y no del bolígrafo caprichoso de un jefe o una camarilla. Pero hay un problema. Se asegura que las listas al Congreso no podrán incluir a quienes militan en Colombia Humana porque el CNE no autorizó su fusión en el Pacto Histórico. Si se inscriben por este incurrirán en doble militancia.
No me toma por sorpresa lo del Pacto Histórico en el Atlántico. El M-19, cuando entró a la arena electoral, se volvió una mierda bajo la denominación de Alianza Democrática M-19. Se la tomaron los apetitos desmesurados por las curules y los cargos públicos. Y oportunistas como “chequera negra”, sin ningún récord insurgente, se volvieron jefes con poder.
La izquierda de hoy ha ganado gran espacio, pero muestra las prácticas aberrantes que tanto cuestionó a la politiquería. Los hechos graves de robadera en gobiernos locales de izquierda y en este de Gustavo Petro son bochornosos. Gabo dijo una vez: “La corrupción en Colombia es una peste”. Por supuesto, hay excepciones. Pero prevalece la podredumbre. Alguien me decía: “En la política colombiana, Maquiavelo sería un pobre huevón”.
@HoracioBrieva








