A poco más de un año de la salida de Gustavo Petro, el 7 de agosto de 2026, es bastante malo el balance de su gobierno. De lo peor que haya visto en los 54 años que llevo activo en política. Veamos algunos aspectos.
Petro y Montealegre están cañando al mencionar “constituyente” y más si es “popular”. Porque la Constitución solo puede modificarse a partir de trámites en el Congreso y Petro no tiene votos para aprobarlos. ¡Pilas, entonces! Porque le ayudan a Petro los opositores que dicen que se puede volver realidad este cañazo, al facilitarle que engañe a los petristas.
Petro, quien se eligió presidente con amplio respaldo de los jóvenes, está por convertir en ley lo peor que podía hacerles: reducirles sus pensiones a quienes ganen más de 2,4 salarios mínimos, si hoy tienen unos cuarenta años o menos. Por ejemplo, quien termine su vida laboral con tres salarios mínimos al mes, se pensionaría con un 10,57 por ciento menos de su derecho actual. Y quien se pensione con seis, perdería el 27,13 por ciento. Siempre si cotiza en Colpensiones y teniendo en cuenta que la pensión de hoy es bastante inferior al sueldo que se gana en el último año laboral.
Se confirmaron los impuestos disfrazados de “saludables” y “ambientalistas” de Petro contra los sectores populares y las clases medias, impuestos que en 2024 sumaron 4,5 billones de pesos por IVA. E intenta otra reforma tributaria, con más IVA, anticipar la retención en la fuente y encarecer el ACPM, con el engaño neoliberal de “igualar el precio en Colombia con el de Estados Unidos”, cuando aquí es más barato producirlo.
Platas que además se malbaratarán en más clientelismo electoral para las elecciones de 2026.
Bastante mal le fue a Petro en su descaro de violar la ley desconociendo la votación de 49 a 47 votos en el Senado contra la consulta y en salir con el llamado ‘decretazo’, otra intentona ilegal. Porque, con valor civil, no fueron alcahuetas ni el registrador y ni el Consejo de Estado. Muy diferentes a los ministros de Petro que se sometieron a su chantaje público: “Ministro que no firme el decreto presidencial de inmediato se va”, sumisión por la que estos pusilánimes tendrán que responder por prevaricato ante la Justicia.
Las decisiones del registrador y del Consejo de Estado sobre el ‘decretazo’ dejaron mal parado a Eduardo Montealegre, quien se ganó el ministerio de Justicia de Petro con sus malos consejos a favor del ‘decretazo’, con lo que además hizo un oso monumental. Y luego de que Petro y la cúpula petrista, al nombrarlo, ocultaran que Montealegre fue el abogado que le indicó a Carlos Palacino cómo convertir los recursos públicos de la salud en plata privada de Saludcoop EPS y quien, como fiscal general, se declaró impedido en ese caso.
Coletilla. El papa León XIV escribe en X: “Las potentes armas empleadas en la guerra actual amenazan con llevarnos a una barbarie superior a las de los tiempos pasados. En nombre de la dignidad humana y del derecho internacional, repito a los responsables lo que decía el papa Francisco: ¡la guerra es siempre una derrota! Y afirmo con Pío XII: “nada se pierde con la paz, todo puede perderse con la guerra”.
Tomado de Cambio Colombia