El sector construcción avanza en 2025 con señales mixtas. Las ventas de vivienda muestran un repunte, pero las iniciaciones de nuevos proyectos siguen estancadas. La falta de subsidios efectivos, la baja confianza del consumidor y capacidad limitada de endeudamiento de la población más necesitada de una solución habitacional. Sin embargo, el contexto económico más favorable ofrece oportunidades reales para reactivar este motor clave de la economía.
Desde el lado de la oferta, el subsector de edificaciones sigue golpeado: acumula siete trimestres con caídas en su producto interno bruto. Aunque obras civiles y actividades especializadas presentan mejores desempeños, su crecimiento es volátil. En este panorama, las iniciaciones siguen rezagadas, reflejo de una mayor exigencia de preventas por parte de los desarrolladores para tomar decisiones de obra.
No obstante, el mercado comienza a estabilizarse. La inflación cede, los costos de materiales muestran una tendencia controlada y se espera que las tasas de interés sigan descendiendo. En particular, el Índice de Costos de Construcción de Edificaciones proyecta aumentos moderados del 3,2% para 2025, lo cual abre margen para el diseño financiero de nuevos proyectos, especialmente VIS.
Las cifras lo confirman: a nivel nacional, las ventas de vivienda nueva crecieron 4,3% en el último año, impulsadas por la vivienda de interés social. Departamentos como Atlántico y Antioquia lideran la recuperación, con aumentos del 39% y 14% respectivamente. Aun así, el bajo desempeño de Bogotá y Cundinamarca (-15%) pesa sobre el consolidado nacional y confirma la urgencia de una política regional más adaptativa.
La oportunidad está en capitalizar esta estabilización para impulsar medidas concretas: una política clara y sostenida de subsidios a la demanda, mecanismos financieros más flexibles, y apoyo técnico a la industrialización de la construcción, especialmente en VIS. Esto permitirá reducir costos estructurales, cerrar brechas sociales y dinamizar el empleo formal.
La construcción sigue siendo un eslabón esencial para el crecimiento económico, la cohesión territorial y la generación de oportunidades. Aunque aún no se alcanza el ritmo estructural de expansión, el 2025 ofrece una ventana de oportunidad. Lo urgente ahora es actuar con decisión para que el sector no solo deje de caer, sino que vuelva a levantar las bases del desarrollo sostenible en Colombia.
* Directora Ejecutiva Lonja de propiedad raiz de Barranquilla