¿Es incorrecta la frase ‘¡eso sí que no!’, ya que ‘sí’ y ‘no’ son opuestos? Fabián Montes Villamizar, B/quilla

‘¡Eso sí que no!’ es frase correcta porque se trata de un modismo familiar muy arraigado, acogido por la gran masa hablante en todos sus niveles. Es una afirmación que refuerza una negación, o dos términos antagónicos (‘sí’ y ‘no’) que en la frase armonizan, o un ‘sí’ utilizado para poner énfasis en un ‘no’. Traigamos este ejemplo: una joven de 12 años pide permiso a su papá para salir: “¿Puedo ir a cine con María?”. “Sí”. “¿Y después a dar un paseo?”. “Sí”. “¿Y después a dormir en su casa?”. “¡Eso sí que no!”. En esta última frase, el padre se apoya en una afirmación (‘eso sí’) para enseguida negar con consistencia (‘que no’). Este tipo de expresiones no pueden modificarse, son un todo ya formado, son irreductibles…

¿Por qué llaman ‘ascensor’ a un artefacto que si bien asciende también baja? Jorge A. Zuleta C., Toronto

Porque el artefacto, como cualquier objeto novedoso, necesitaba un nombre común que lo designara. Este terminó siendo ‘ascensor’ y no ‘ascensor-bajador’ o ‘sube y baja’, porque serían nombres largos. Como el habla popular, dueña de la lengua, prefiere caminos cortos, dejó ‘ascensor’ como denominación, porque, además, para personas de cualquier edad, el mecanismo, antes que para bajar, es casi imprescindible para subir, que es más arriesgado y difícil, trátese del ascenso a un piso alto, o a un monumento panorámico por peldaños perpetuos y estrechos, o a las laderas de los cerros de Bogotá, donde, de hecho, han operado un funicular y un teleférico como ascensores de montañas. ‘Ascensor’ deriva del latín tardío ascensŏr, -ōris [ascendō] ‘el que asciende, el que sube’. (Hago la salvedad de que la palabra ‘bajador’, arriba usada, es solo para poner un ejemplo: no existe en español).

Nota: Me escribe el médico Alfredo Calderón Lombana: “A propósito de su explicación sobre el término ‘camaján’, los vallenatos ‘mayorcitos’ recordarán conmigo a un simpático personaje de los años cincuenta del pasado siglo, apodado ‘Cabirol’, nombre comercial de un analgésico popular por aquellos tiempos. El personaje encaja a la perfección con la descripción de ‘camaján’ hecha por usted, consumo de cannabis incluido. ‘Cabirol’ era amistoso con todo el mundo, y resultaba sumamente divertido escucharle su característica manera de hablar. Se decía que era originario de Barranquilla, y trabajaba en una fábrica de ladrillos. Tenía por compañero de andanzas a un tal ‘Mandador’, con el que contrastaba en muchos sentidos”.

edavila437@gmail.com