El Centro Democrático delegó en sus precandidatos las definiciones para elegir candidato presidencial, pero una carta abierta de José Obdulio Gaviria y otros miembros del partido convirtió un asunto interno en tema público, buscando presionar su propuesta de seleccionar candidato por encuestas antes de agosto.
Debo aclarar mis intereses, pues mi esposa, María Fernanda Cabal, es precandidata; pero frente a una carta abierta y al margen de la decisión de los precandidatos, creo que la mejor opción es la contraria.
Consulta popular en lugar de encuestas, porque la consulta la hace y garantiza el Estado; porque no se limita al partido, pues los simpatizantes del precandidato, del partido y su ideología son muchos más que los carnetizados, lo cual da mayor legitimidad a unos resultados que, además, generan reposición de votos, recursos importantes para 2026.
En cuanto al momento, no ya, ni en octubre, sino en marzo de 2026 con la votación para Congreso, pues las consultas de octubre, sin el gancho de una elección general, no convocan votantes.
Se arguye que la consulta en marzo nos deja en desventaja; que los nuestros no serán invitados a foros de candidatos y queda la imagen de no tenerlo; que los precandidatos son contados por separado en las encuestas, aunque sumados superen a los punteros; que las estrategias engañosas de la izquierda avanzan y el CD está paralizado.
No hay tales desventajas. En principio, como dijo una precandidata, “Primero las propuestas y luego el candidato”; un candidato comprometido con las promesas de valor del partido, que se vienen construyendo en sus foros temáticos. Aquí no hay competencia por inventar propuestas; somos una colectividad que las está construyendo colectivamente, y si tenemos en marzo un Plan de Gobierno que los precandidatos vayan impulsando, tomaremos la delantera. El CD no está paralizado.
También superaremos en 2026 a los punteros en las encuestas, si los hoy precandidatos honran su compromiso de unirse al vencedor. Es un asunto de disciplina de partido y de ética individual. Y si no son invitados a un foro, no quiere decir que se les cierren las puertas de los medios y que no desarrollen su actividad mediática, como hoy lo hacen.
Es riesgoso exponer prematuramente al candidato a la acción demoledora de las bodegas de la izquierda. Siempre seremos los más atacados, porque unidos somos el enemigo por vencer.
Ganaremos, pero una victoria sin gobernabilidad es media victoria. El Centro Democrático debe volver por sus fueros, como en 2018, con 52 parlamentarios, menos no; y con el expresidente Uribe como cabeza de lista cerrada al Senado.
“No por mucho madrugar amanece más temprano” ... ¿Cuál es la prisa?
@jflafaurie