Plinio el Viejo tenía vocación científica y disfrutó la oportunidad de presenciar la erupción del Vesubio (79 D.C.). Su afán por aprender ante un fenómeno que por primera vez aparecía ante esa generación, lo llevó a una expedición para estudiarlo cerca desde un bote. Cuando trataron de disuadirlo, pronunció la célebre frase “Fortes fortuna iuvat” (la fortuna favorece a los valientes).
No estoy en contra de la transición energética, imposible estarlo. Pero siempre debemos ponerle apellidos a esta expresión: justa y ordenada. En la reciente conferencia CeraWeek se habló de conceptos más apropiados: seguridad energética y complementariedad. Forzar la transición con decretos y prohibiciones atenta contra el primero, oponerse a los renovables sin argumentos de peso afecta al segundo. Se puede incorporar energía solar, eólica y otros modelos renovables, para complementar, no reemplazar, la capacidad de generación fósil que hoy soporta pilares de nuestra civilización. En mi columna anterior mencioné que nuestros antepasados no prohibieron la piedra cuando apareció el metal, la transición tomó millones de años, para garantizar así su supervivencia. Ahora vemos el ejemplo de dos compañías, BP (Reino Unido) y Equinor (Noruega), que vuelven a sus raíces después de arriesgar millones de dólares, y rentabilidad para sus accionistas, por su brusco viraje hacia los renovables. Tal vez para no chocar con los que miraban de soslayo a aquellos dedicados a la explotación petrolera y/o de gas, se lanzaron con determinación hacia la transición energética, apostando a las renovables como el futuro del negocio. Sin embargo, hoy corrigen el rumbo: BP está abandonando planes de inversión en energía renovable y aumenta la producción de petróleo. Venderá 10 de sus parques eólicos en tierra en EE. UU. y separará los que tiene en el mar en una filial. Redujo además sus objetivos de energía renovable, dada la disminución en su retorno a la inversión, tras una caída en las ganancias del 38% en 2023 (US $5.2 billones). Su director ejecutivo afirmó que la transición hacia energías renovables avanza más lentamente de lo esperado. Equinor, por su parte, recortará a la mitad su inversión en renovables en los próximos dos años y apuesta nuevamente por los fósiles, aumentando la producción de petróleo y gas en un 10% en el mismo periodo.
Al final, BP y Equinor, como otros, descubrieron que la fortuna no siempre acompaña a los audaces, sino a los que saben cuándo regresar a su terreno conocido, y tuvieron la suerte y la oportunidad. La misma que ojalá tengan todas las empresas o países que opten por una transición sin planificación. Plinio perteneció al grupo de los audaces, o de los valientes, como él se denominó. Nunca sabremos qué aprendió, pues desde su acercamiento al furioso Vesubio no se supo nada más de él.
@achille1964