Quizás no sea esta la última columna que escriba sobre la incómoda e injusta situación que afronta el Distrito de Barranquilla con el vecino municipio de Puerto Colombia porque siempre quedarán inquietudes en el tintero. Hoy quiero insistir en que de esta gran área no debe permitirse perder un solo metro cuadrado bajo la engañosa premisa de lograr un acuerdo en el que ganen nuestro Distrito y Puerto Colombia. Aquí solo cabe mantener lo que era de Barranquilla antes de la usurpación sin competencia alguna por la Asamblea del Atlántico en el 2009.

No sería justo ni lógico que otra vez un grupo de políticos ahora desde Bogotá, definieran esos límites, y que no que sean los residentes directamente afectados quienes lo decidan sabiendo que existen herramientas jurídicas para lograrlo y ante el riesgo inminente de que el raponazo se repita. Por otra parte debe conocerse con nombre y apellido cada parlamentario que permita que nuestra ciudad pierda parte de lo que le pertenece, suponiendo que nuestro alcalde está ya adelantando todas las gestiones ante estos congresistas para dejar clara esa posición, y para esto será necesario abarcar varios frentes de manera inmediata y simultánea.

Sabiendo que por allá algunos poderosos políticos saben hacerlo muy bien para no perder el municipio de Puerto Colombia el muy abultado ingreso por predial en el llamado Corredor Universitario y barrios aledaños, el Distrito deberá adelantar un rápido y completo inventario actualizado de todos los inmuebles ubicados en esa gran zona para incorporarlos en la base de datos de su catastro. Ya conociendo la alcaldía cuánto sumaría el impuesto a cobrar y cuánto podrían ser los recursos basados en créditos amparados con esos nuevos ingresos, anunciar públicamente importantes proyectos a ejecutar por el Distrito sobre todo en Villa Campestre, Ciudad del Mar, Altos de los Rosales, Portal del Genovés, etc., como parques, canchas deportivas, embellecimiento de zona pública, nuevas vías y ampliación de otras para descongestionar el tráfico, mantenimiento de la malla vial actual, optimización del transporte público colectivo, alcantarillado pluvial y sanitario, etc., Es conveniente que los habitantes de esas urbanizaciones conozcan la tremenda diferencia entre una y otra administración pública, y se pronuncien. ¿Se imaginarían mis lectores cómo sería hoy la pobre condición urbana del corregimiento de “La Playa” si este en vez de ser parte del Distrito, lo fuera de Puerto Colombia? También debería de inmediato retomarse la nomenclatura barranquillera original que es simplemente la continuación de la numeración de nuestras calles y carreras lo que facilitará la ubicación de cualquier inmueble. Y como manifesté al inicio, siempre quedarán inquietudes en el tintero.

@nicorenowitzky