El 2024 se proyecta cerrará con un crecimiento económico cercano al 2%, en línea con las expectativas de los expertos. Si bien algunos sectores enfrentaron retos importantes, hay razones para mirar al 2025 con optimismo.

Primero, la política monetaria está jugando a favor. La moderación en las tasas de interés del Banco de la República promete aliviar el costo del crédito, incentivando el consumo y la inversión privada, especialmente en actividades como la manufactura, el comercio y la construcción, que ya muestran signos de recuperación.

El sector agropecuario seguirá siendo un motor fundamental, impulsado por un manejo más eficiente y oportunidades en exportaciones no tradicionales. Además, sectores como el entretenimiento y la recreación, junto con el fortalecimiento del comercio y los servicios financieros, apuntalan una reactivación más sólida.

El mercado laboral también envía señales alentadoras. La tasa de desempleo alcanzó niveles históricamente bajos en 2024, lo que refleja una mayor participación laboral y un incremento en la ocupación en sectores estratégicos. Aunque retos como la informalidad y las caídas en la ocupación en construcción y agro persisten.

Por otro lado, se espera que la inflación continúe moderándose, acercándose al 4%. Esto no solo alivia la carga para los hogares, sino que también genera un entorno más predecible para el consumo y la inversión.

Sin embargo, no podemos ignorar los riesgos. La frágil situación fiscal del país exige prudencia, y factores externos como el aumento de aranceles en Estados Unidos o posibles alzas en las tasas de interés globales podrían frenar el ritmo de recuperación. Además, aunque el crecimiento proyectado del 2.6% para 2025 es mejor que el de 2024, sigue siendo insuficiente para satisfacer las necesidades de desarrollo del país.

Colombia necesita políticas decididas que impulsen la competitividad, reduzcan barreras para los empresarios y promuevan una mayor diversificación de su economía. Solo así podremos garantizar un crecimiento sostenido y más equitativo.

El 2025 se perfila como un año de consolidación, pero no de complacencia. Aprovechemos el optimismo que trae este nuevo capítulo para trabajar en los cambios estructurales que el país tanto necesita.

* Directora Ejecutiva Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla