Vivimos la época de las calificaciones. Generalmente en todos los servicios se está pidiendo evaluar la atención prestada, el nivel de satisfacción o la calidad de los bienes o productos que adquirimos. También se le asigna un puntaje a la empatía, el carácter, la personalidad, y las capacidades de las personas. ¿Evalúas objetivamente cada vez que te lo piden? ¿Es tu calificación imparcial? ¿Sigue cercanías, preferencias, gustos o premias antivalores?

Las faltas, fallos, errores, delitos, contravenciones, insultos, irrespetos y las transgresiones generalmente exigen sanción, reproche, castigo, condena, multa, juicio de valor, rechazo, repudio o exigencia de retractación. ¿Se ha vuelto la justicia una forma legal de venganza? ¿Hasta dónde las penas reparan los daños e indemnizan a las víctimas?

Los daños son mucho más que lesiones causadas a bienes, personas, conciencias, identidades, culturas o a la fe. Tienen la particularidad de alterar para desmejorar la funcionalidad o la prestación ofrecida por lo que se puede destruir a partir de la lesión al sentido, el significado o su propósito. Los daños suelen ser materiales, emocionales, físicos o espirituales. ¿Somos conscientes de sus efectos? ¿Qué es lo que consideramos dañino?

Perdonar es la mayor evidencia del amor. Aunque pueda ser una decisión producto de algún interés, responder a una imposición u obligación y también hace parte de un protocolo de la apariencia, para mostrar ante los demás cierto nivel de compromiso social, nacional o comunitario, las consecuencias para el perdonado se traducen en nuevas oportunidades. Quien perdona sinceramente se libera de tensiones, resentimientos, cura su alma y crece emocionalmente.

El perdón calificado es la máxima expresión de la consideración a las personas a partir de la valoración que se le da a la posibilidad latente de equivocarse, causar un daño, ofender o lastimar, siempre y cuando el perdonado asuma sus responsabilidades y entienda que la nueva oportunidad exige de él, cambio de actitud y mejoramiento de su conducta. Es la marca sensible del bien común. El maestro potenciador de los errores cómo instrumentos de la mejor educación. El amigo sincero que dice lo que piensa y hace lo que dice.

¿Cuántas veces te han perdonado? ¿Sabes superar el rencor y la sed de venganza? ¿Agradeces y valoras las nuevas oportunidades? El perdón no es olvido. Es un acto de fe. Perdonar es volver a amar. Implica recuperar la confianza y restaurar. ¿No lo crees? Pruébalo y así lo sabrás. Anímate.

Si te perdonaron reivindícate y nunca olvides que el perdón es calificado.

@JulioCesarHT