Informó EL HERALDO que los gobernadores de Bolívar y Atlántico se reunirían con la ministra de transporte para analizar en cuáles obras de la región podrían adelantarse algunas inversiones del anunciado proyecto de valorización cuyo cobro se nos aplicará desde Cartagena hasta Malambo. Habían dicho en mintransporte que la plata se destinará a varias obras en todo el país, así que nuestros gobernadores irán a pedir que una parte del recaudo se aplique en la zona que va a aportar, o sea, a suplicar que una esquirla de nuestros propios billetes se quede aquí, en obras locales.

Es nuestra diferencia con los paisas. Mientras allá protestan y se niegan a que les den palo, aquí sumisos nos transamos y pedimos que el garrote sea suave, que no nos caiga en la cabeza, sino que, por favor, el golpe sea en un hombro, o en un codo. Ésa mansedumbre es la que nos tiene como estamos, y la que dificulta que se atienda el llamado del senador Zabaraín, que propone que nos unamos para plantear un esquema territorial que nos permita autonomía. O sea que la dificultad de tal propósito es no sólo lograr la unidad sino, más complicado, cambiar nuestra mentalidad de esclavos que ni se les ocurre contradecir al amo.

Formula el senador su propuesta pese a que él mismo reconoce que desde hace más de cien años estamos en eso, propósito frustrado por un repetido fenómeno que diplomáticamente calificó como “divisiones de nuestros líderes”, pero que es la antropofagia muy nuestra. Omitió subrayar que cuando fuimos país federal, paradójicamente fue un Caribe, Rafael Nuñez, cartagenero él, quien acabó el federalismo y nos volvimos centralistas. Es que, tristemente, somos así. No podemos aceptar que al vecino se le ocurra algo, porque de una nos oponemos y proponemos lo contrario.

Pese a la sumisa visita de los gobernadores, sostiene el senador que hemos cambiado, que en el Caribe ya andamos aburridos de tanta inequidad y que, a estas alturas, estamos maduros para luchar por una autonomía, pues se trata de un sentir ciudadano, además reflejado en el Congreso, nuestros parlamentarios están prestos a hacer causa común, se reflejó en el rechazo al presupuesto para 2025. Aunque fue peor, porque Petro lo aprobará por decreto y, en el borrador del mismo, le pegan al Caribe una mochada de madre. O sea, la fórmula es atender el llamado a un movimiento independentista.

Así que, senador, ¡va pa ésa! proceda a convocarlo y conformarlo, lidere el movimiento, no le importe lo que pase con el SGP, ni el masoquismo nuestro, ni que desde Bogotá le caigan rayos y centellas.

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