La visión de Donald Trump y su política frente a los migrantes no solo ignoran la historia de Estados Unidos, sino también la de su propia familia y la de muchos de sus actuales seguidores.
Mary Anne MacLeod Trump, madre de Trump, llegó a Nueva York a los 18 años desde la Isla de Lewis en Escocia, buscando empleo doméstico, como tantas otras personas que han migrado y migran a Estados Unidos con esa misma aspiración. Obtuvo la ciudadanía 12 años después de su llegada. Fred Trump, su esposo y padre del expresidente, era hijo de inmigrantes alemanes, un hecho que la familia evitó reconocer durante mucho tiempo para no incomodar a sus amistades y clientes judíos. En síntesis, Donald J. Trump, como muchos estadounidenses, desciende de una familia de migrantes que arribó a este país en busca de oportunidades y que luego logró acumular una considerable fortuna. Quizás la única diferencia entre la familia Trump y las familias migrantes provenientes de América Latina radique en el color de piel o el “componente europeo” que suele suavizar la percepción sobre la migración, revelando que el verdadero conflicto no es la migración en sí misma, sino la nacionalidad, raza o religión de quienes llegan a Estados Unidos.
Elon Musk, el renombrado cofundador de Tesla, nacido en Sudáfrica y donante de más de 75 millones de dólares a la campaña de Trump, comenzó su carrera como emprendedor tras abandonar sus estudios en California, sin contar inicialmente con los documentos necesarios para trabajar legalmente en Estados Unidos, según reporta The Washington Post. Hoy, Musk es considerado el migrante más exitoso de Estados Unidos.
Musk y Trump comparten no solo su oposición a la inmigración irregular, a la que consideran una amenaza para el país, sino también el hecho de que, sin la migración y las oportunidades que este país ofrece a los migrantes, Musk probablemente no sería uno de los hombres más ricos del mundo, ni Trump estaría lanzándose por tercera vez a la presidencia del país con mayor influencia política y económica a nivel global.
La ironía de la visión de Trump se evidencia por todos lados, como cuando responsabiliza de todo lo malo que pasa en Estados Unidos a los migrantes, hasta cuando se refiere con desconfianza al origen étnico de su contendora Kamala Harris, cuyo padre es de Jamaica y madre de la India. O como cuando convenientemente les pidió a los republicanos que bloquearan en el Congreso el proyecto para fortalecer la seguridad en la frontera de Estados Unidos. Este 5 de noviembre podrán votar 36 millones de latinos, muchos de los cuales hoy tienen vidas exitosas y prósperas por los esfuerzos que sus familias o ellos hicieron al migrar. Ojalá no olviden de dónde vienen y cómo han llegado a ser quienes son hoy.
@tatidangond