El mundo actual de la Inteligencia Artificial que ya entró posesionada a quedarse para siempre, la inseguridad digital, los inventarios para acumular antirriesgos, todo ello transformó las costumbres, el trabajo compensatorio legalizado, las nuevas avanzadas que ya se forman en el mundo del Internet, de similar manera como avanzaron el siglo pasado y otras épocas lejanas o cercanas otros inventos y descubrimientos que transformaron la humanidad, las costumbres, los hábitos, las ciencias, la cultura.
Cuando apareció la Revolución Industrial cuyos ejemplos colman las enciclopedias nacieron sabios, se conformaron las nuevas escuelas dogmáticas de ciencias, nació el mundo de la producción a través de la máquina. Y todo el universo marchó al tono de la nueva ciencia y tecnología. Porque era lo lógico, lo elemental. Para no ir mucho más atrás cuando apareció la televisión todos tuvimos que conocerla, vivirla, experimentarla en preguntas y respuestas. Todo se volvió un torbellino de invento más invento y el mundo se arrodilló para su propio beneficio.
Hoy acogemos indispensable la cibernética, pero tenemos que desde el principio cuidarnos de controlarla. Porque es tan amplio y diverso su campo de acción que, así como puede beneficiarnos en todos los mundos, en todas las actividades, en todos los usuales procedimientos cotidianos, también su seguridad puede ser vital para el éxito y mortal para el fracaso. Los gobiernos ya piensan y proceden en este control. Promoviendo la tecnología de alta gama, fuertes recursos humanos, y la legislación respectiva regulatoria que como registra la historia se ha inventado y desarrollado cada vez que la humanidad va encontrando más caminos en la ciencia y la tecnología, para asegurar lo positivo y detener la inseguridad peligrosa que tanto daño puede lograr.
El tema se concentra hoy día justamente en definir por la empresa privada y los gobiernos si la ciberseguridad debe ser mejor preventiva o reactiva. En una palabra, si hay que prepararse para que el o los bandidos no nos atropellen o si por el contrario esperamos el ataque, el daño, los peligros, después de cometer las infracciones. No es fácil en el mundo actual hacer frente a las acometidas modernas que pueden causar irreparables pérdidas. Por ejemplo, la protección de los datos personales que son un capital humano supervalioso, si se pierde o lesiona, como podemos reinventarlos bien asegurados? El mundo está muy alerta, la juventud también y los gobiernos a la expectativa de crear mecanismos y organismos de defensa para sus propias instituciones y sistemas, pero además legislativamente para sus ciudadanos.