En enero de 2010, una visita al Pueblito Paisa de Medellín inspiró una columna en la que destaqué el potencial turístico de Bocas de Ceniza, donde se encuentran el río Magdalena y el mar Caribe. En 2010, ya la ciudad se había planteado resolver la incomunicación con el río con la Avenida León Caridi, una inversión multimillonaria que se perdió. Exalto lo que ha significado el Malecón, pero he criticado que lo hicimos sin resolver la contaminación por las aguas residuales que van al río a falta de una planta de tratamiento.
En ese reencuentro con el río (el mar y la ciénaga de Mallorquín), se inscriben el Ecoparque y el Tren Bocas de Ceniza.
El debate sobre Ciudad Mallorquín tuvo el efecto colateral de que el Ministerio de Ambiente designó una comisión técnica que conceptuó que estos proyectos turísticos repelen con la condición Ramsar de la ciénaga. Pero hasta ahora el ministerio no ha definido qué hará. Si pide desmontar el Ecoparque y el Tren Bocas de Ceniza o modifica sus usos. O si les da vía libre.
Un sector de Las Flores sostiene que el tren afectará su economía. Y está molesto. Antes por el estrecho tajamar occidental podían circular, junto al trencito artesanal, carros, motos, bicitaxis y, por supuesto, los pescadores y caseteros. Ahora solo hay espacio para el tren, los peatones y las bicicletas.
A esto añado la manera como Edubar ha dirigido el proyecto del tren y Puerto Mocho. A un pescador le ofrecieron 4 millones de pesos para que abandonara su rancho y comprara una casa y el señor le dijo al funcionario: “Cómprela usted y me trae la escritura”.
Los floreños descontentos enviaron al alcalde Alejandro Char un mensaje pidiéndole aplazar la inauguración del tren y la apertura de Puerto Mocho hasta evaluar las afectaciones y hallar soluciones.
El alcalde asignó a la gerente de ciudad, Ana María Aljure, y al secretario de Cultura, Juan Carlos Ospino, para dialogar. Ospino y los querellantes firmaron un acta el jueves 10 que formalizó el diálogo en medio de un mitin callejero. Según el acta, este comienza mañana 17.
El problema de fondo de Las Flores (cuyo potencial proviene de su proximidad al río, la ciénaga y el mar) es si el desarrollo turístico que lidera ahí el Distrito solo va a generar negocios que beneficien a unos pocos. Pues el barrio sigue en la pobreza, la marginalidad y el desempleo (pese al trabajo asalariado que garantizan las industrias del entorno), y padeciendo las deficiencias de los servicios de acueducto, alcantarillado, aseo, energía y salud. Además, ha sido escenario de homicidios atados a la economía ilegal que opera en ese estratégico frente de agua.