La construcción de un desarrollo urbano integral e inclusivo, acercando la vivienda a sus servicios complementarios y a zonas de empleo, proviene del concepto de construir ciudades dentro de la ciudad, que propició el país en los años 70.

En Barranquilla hace 25 años se implementó esta tipología de urbanismo, ajustada a las nuevas realidades y expectativas políticas de inclusión y equidad, aprovechando la tierra minera de Grupo Argos que colindaba con la estructura urbana existente.

Desde entonces se construye un modelo que ha contribuido a posicionar a Barranquilla y su área metropolitana como ciudad moderna, proporcionando cuantiosos recursos para atender programas prioritarios en sectores urbanos de mayores necesidades.

Desarrollos de 50 o más hectáreas a veces producen resistencias, dado el cambio brusco de uso y la contundencia de la intervención, porque no hay forma de urbanizar tierra sin afectar la vegetación de los lotes previstos para la expansión de las ciudades.

El Grupo Argos asumió la responsabilidad de hacerlo de la mano con las autoridades y bajo especificaciones de calidad, e incorporar conceptos que el país no puede seguir eludiendo, como la segregación zonal en razón de la cual las familias con menores ingresos solo deben vivir en la periferia y en ausencia de buenos servicios y equipamientos.

La consecuencia de los nuevos parámetros de desarrollo es que, para tratar de alojar el mayor número de estas familias y facilitarles la adquisición de vivienda en localizaciones bien situadas, se necesita construir proyectos residenciales de mayor densidad, previendo el diseño de un sistema vial capaz de garantizar fluidez y dejar previstos espacios para la construcción de transporte público.

Adicionalmente, es necesario formular conceptos conducentes al mayor disfrute de la ciudad por parte de los pobladores. Me refiero a crear corredores verdes que faciliten la movilidad a pie o en bicicleta, y apuntalen el uso intenso del espacio público, dotando a la ciudad de un sistema de zonas con vegetación que induzca a los ciudadanos a adquirir sentido de pertenencia.

El modelo conceptual aplicado a la propiedad de Grupo Argos, y en estos momentos en Ciudad Mallorquín, se sustenta en estos principios. Por ello contribuye al logro de equidad social, al haber destinado parte de su tierra a la construcción de VIS en un sitio donde se han erigido centros comerciales, universidades, colegios y clínicas.

Es la manera de concebir una sociedad más armónica y lograr un progreso sostenible, el cual depende de poder aunar los conceptos de ciudad bien diseñada y ciudadanía participativa y responsable.