La razón es el enigma principal de la inteligencia. Quienes poseen la capacidad de analizar, describir, proponer y construir ideas, formatos o modelos transformadores del contexto o la realidad dejan su huella en cualquier ámbito de desarrollo personal o social. El mundo admira a la gente inteligente.

Siempre se está a la espera de alguien capaz de resolver problemas. En la conciencia global el líder es el referente comunicacional e inspirador de otras posibilidades de entender y mejorar la situación, aunque muchas veces el contenido sea ficción con apariencia de verdad. A la gente le encanta oír historias de cambio y superación así no sean ciertas. La política se ha vuelto el monólogo de la mentira vendiendo entradas en el teatro de la sinceridad.

La inteligencia es mucho más que habilidad, capacidad, potencial o puesta en marcha de la información traducida en conocimiento. Aplicar un parámetro para la inteligencia ha ocupado por siglos a pensadores y científicos de todo orden. Hoy se denomina inteligencia artificial a aquella aplicada por máquinas, programas electrónicos, sistemas o desarrollos cibernéticos, para distinguirla de la inteligencia humana o natural.

¿Qué determina el nivel de inteligencia? ¿Quiénes poseen más habilidades que otros? ¿Por qué se cree que la inteligencia es una virtud de seres superiores? ¿Cuál es la distinción entre la inteligencia natural y la artificial? La clave para entender estos y otros grandes interrogantes está en la comprensión del lenguaje definidor de las ideas.

La voz es una proyección de la actividad cerebral. Sus sonidos difunden lo que pasa por la mente, muchas veces de forma imperceptible, principalmente cuando no se piensa para hablar. Los discursos improvisados aparentemente son más eficaces porque se disfrazan fácilmente con el atuendo de la espontaneidad. Y se valora más la aparente autenticidad sobre la autoridad conferida por argumentos indiscutibles por su veracidad.

La inteligencia valorativa es la demostración de la coherencia conferida por la capacidad sometida al análisis de los principios definidores de la personalidad, la conducta, el carácter y la naturaleza de las conclusiones, proposiciones, argumentos o ideas que defiende el liderazgo asociado a un proyecto común. Es la estimación de la verdad empleando el lenguaje de la confianza. La puesta en escena de la rectitud superando la seducción de la corrupción, el engaño o la trampa. Es alarma anunciando la llegada de la solución.

¿Dejas de creer? ¿Piensas lo que dices y haces lo que prometes? Esa es tu inteligencia valorativa.