Ya no sé cómo describir lo que está haciendo el japonés Shohei Ohtani en las Grandes Ligas. Lo único que se me había ocurrido decir es que viene de otro planeta. Pero no sé si es suficiente.

Hace un año aproximadamente escribí sobre él, decía que era una prueba fehaciente de que los extraterrestres viven entre nosotros. Más que una broma, era para poder calificar de alguna forma su actuación en el mejor béisbol del mundo. Era para darle una explicación a lo que había logrado en ese momento.

Pero ahora, que inauguró el club 50-50 (50 jonrones y 50 bases robadas en una temporada), no sé siquiera si es acertado decir que no es de nuestra Vía Láctea. Le queda pequeña esa representación. Alguien que en un solo juego puede irse de 6-6, con cuatro carreras anotadas, tres cuadrangulares y 10 impulsadas, no puede ser real.

Es que batear es muy difícil. Existen al menos 6 tipos de lanzamientos – y siguen inventando más – y cada uno tiene una rotación y una velocidad distinta. Pero además, hay unos que van en la misma dirección y sólo poco antes de llegar al plato es que cambian, bruscamente, su trayectoria.

Llegar a la MLB es muy difícil. Solo el 5 % de los jugadores internacionales llega. Luego, mantenerse como bateador ante los mejores pitchers del mundo requiere una gran disciplina. Conectar 10, 20 o 30 vuelacercas por año, ni se imaginan lo complicado que es.

Ahora, a todo eso agréguenle robar bases, en un contexto donde solo 2 o 3 peloteros de cada novena cuenta con esa herramienta lo suficientemente desarrollada para ser exitoso en ese ítem.

¿Ya se dan cuenta de lo difícil que es robar 50 bases y conectar 50 jonrones?

Por eso digo que no puede ser que alguien nacido en la Tierra, o siquiera en esta galaxia, pueda hacer eso. No es de los nuestros. A lo mejor ni ser humano es ¿Quieren más pruebas?