Debo aclararle a usted amable lector, antes de que me dispense con la lectura que puede hacer de esta nota, que no soy petrista, no pertenezco a su organización política y que no tengo afinidad ideológica con Gustavo Petro.

Empero, estas consideraciones no son óbice para que deje de expresar mi perplejidad, mi sorpresa y curiosidad ante la astuta intriga y estrategia que se le está montando de responsabilizarlo de las perturbaciones, agitaciones, caos y vandalismo que ha conllevado el paro nacional, que por demás estimo que han sido espontáneas y que ha tenido como promotores a las centrales obreras, a los estudiantes, a los grupos étnicos, a los educadores y desempleados que acicateados por la crisis social de pobreza, desempleo, de salarios bajos, de la falta de oportunidad, la inequidad y la desigualdad, factores que han servido de motor sin lugar a duda para el protagonismo de esta protesta social que es ajena a los intereses de la mayoría de los colombianos.

Esta estrategia de la que ha hecho parte el presidente Duque, quien en una reciente entrevista en inglés hizo afirmaciones responsabilizando a Petro de la agitación social, a lo que se han sumado en ese sentido dirigentes de diferentes pelambres, periodistas, columnistas y hasta un semanario por la figura de este líder de la oposición en la portada, calificándolo de fomentar estas revueltas y el odio.

Si no fuera porque el próximo año se realizarán las elecciones presidenciales en las que Petro que está encabezando las encuestas como la primera opción de llegar a la presidencia del país, podría pensar que las cosas son así, pero cabe preguntarme si ese líder político tiene tanto poder en sus manos, capaz de movilizar, como si tuviera una varita mágica, tantas multitudes entorno a una protesta social de las dimensiones de las que se están realizando en el país. En lo tocante a la crisis venezolana, debemos decir que más de un millar de personas han abandonado a ese país, eligiendo a Colombia principalmente por su cercanía y ahora por su mejor estado económico.

Entre los migrantes venezolanos vamos a encontrar gran cantidad de profesionales, de estudiantes, trabajadores calificados y sin oficio especifico, amas de casa y hasta prostitutas.

Las causas que motivan esta fuerte migración de ese país, está el colapso de los precios del petróleo, la devaluación de su moneda y la alta tasa de la inflación, que ha venido a deteriorar ostensiblemente su economía, desencadenando atracos y crímenes que a diario se registran en las calles de esa nación.

El caldo de cultivo de la migración hondureña, la hayamos en su inestabilidad política, la violencia reinante allí, una de las más altas del mundo y el hambre de que son víctimas muchos de sus pobladores.

Ante este escenario, no pensamos otra cosa que este problema es sumamente complejo que no alcanzamos avizorar, muy a nuestro pesar, soluciones previsibles e inmediatas.

Valmiro De La Hoz Cantillo