"Es el verdadero arte del maestro despertar la alegría por el trabajo y el conocimiento", Albert Einstein

De un día para otro, a los docentes les tocó montar todo un sistema de educación obligatoria a distancia, sin previa capacitación para continuar con su misión de vida desde casa y con suma dedicación.

¿Y con qué materiales? Su computador personal, su internet, su cuenta de energía pagadas de su propio bolsillo.

¿En dónde armaron este sistema? En la sala de su casa, en un rinconcito de un dormitorio haciendo público a desconocidos, la intimidad de su hogar

Un millón de correos electrónicos para atender, grupos por WhatsApp, llamadas, atención personalizada, reuniones en cualquier momento, mensajes de toda clase.

En realidad, multiplicaron sus horas de trabajo, pues ahora aclaran las dudas uno a uno, corrigen las tareas una a una.

Sin hablar de aquellas directrices de orden psicológico para hacer que los estudiantes vean la trascendencia de lo que estamos viviendo.

Y todo lo anterior sin descuidar las actividades hogareñas y la atención a los deberes escolares de sus propios hijos.

Mis respetos y aplausos a los docentes, educadores a quienes identificamos con la palabra más enaltecedora que los distingue: Maestro.

Jairo E. Restrepo V.