Como un jonrón con tres en base se puede calificar el desarrollo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Confieso que, como muchos, no dimensioné la magnitud y el impacto que podría tener la realización de esta competición en nuestra ciudad. Había escepticismo por la terminación de las obras y la respuesta de la gente.
La inauguración nos subió en una nube que parecía vaticinar una lluvia de experiencias, emociones y medallas doradas. Parecía una herejía que en la Casa de la Selección Colombia otros deportes nos hicieran aflorar tantas emociones y pasión desenfrenada. Sin duda fue un acierto el esfuerzo del gobierno local, la organización de los juegos y el sector privado el embarcarse en esta empresa.
Viví la emoción de los Juegos, en carne propia y en cuerpo ajeno. En los grupos de Whatsapp, en la familia, en el trabajo, con los amigos y en las conversaciones de las mesas vecinas en lugares públicos, una pregunta era común: ¿Ya fuiste a algún partido? Creo que los juegos fueron virales, empezaron a contagiar a todos los barranquilleros. Por moda, por devoción a una disciplina, por plan, para conocer los estadios, por curiosidad, con o sin conocimiento del deporte escogido para ir, al final, todos terminamos enganchados.
Si bien la literatura identifica las variables climáticas y geográficas como determinantes en los movimientos y crecimientos poblacionales, otros aspectos también se identifican como características que hacen de las ciudades espacios más atractivos para visitantes y locales. Los estudiosos del tema de las ciudades atribuyen a factores como la cultura y el deporte, con su oferta amplia de entretenimiento, alta influencia en su desarrollo y en la valoración que de ellas se hace como lugares para vivir. ¡Ya no somos solo carnaval!
La ciudad tiene hoy una nueva oportunidad de formar y educar a sus habitantes a través del deporte. Hacer filas, respetar la asignación de los puestos, dejar los estadios limpios, no atentar contra la infraestructura deportiva, respetar al contrincante, comprar de manera legal las entradas, valorar a los deportistas, seguir las disposiciones de las autoridades, es la verdadera ganancia que trajeron estos Juegos.
Más allá de los beneficios a la economía local, la mejora en el desempeño global de nuestra delegación de deportistas, el espectáculo en sí mismo y el movimiento de la taquilla; los barranquilleros aprendimos a ser mejores ciudadanos, y en familia, que no es lo mismo. También hicimos jonrón.
El reto de todos es mantener vivo el espíritu deportivo y aprovechar la infraestructura que quedó instalada.
@rochimendozam