P ¿Quiénes eran las hetairas? Miguel Solano, Barranquilla.
R.: En la Grecia antigua, eran damas que acompañaban a artistas, filósofos, militares o políticos para conversar y darles placer. Intérpretes musicales y bailarinas, también recitaban o cantaban, y eran bellas, refinadas y cultas, pues, al contrario de muchas mujeres griegas, recibían educación. En medio de esos hombres ilustres, intervenían en sus debates, algunas se destacaban como oradoras, y sus opiniones literarias, filosóficas o políticas eran respetadas. Pese a todo, la principal tarea de esas mujeres era brindar deleite sexual, para lo cual también alistaban su erotismo y su apariencia. Junto a Tais de Atenas, quizá la hetaira más célebre haya sido Aspasia de Mileto, gran amiga de Sócrates y de Platón y maestra de retórica, quien en su casa celebraba reuniones memorables con el círculo intelectual más destacado de Atenas, y quien, unida durante más de veinte años a Pericles, sobre el que influyó en el ejercicio del gobierno, tuvo un hijo con él.

P.: De 194 países, el nombre de 54 termina en ‘ia’ (Italia, Francia, Rusia…). ¿Por qué? Orlando y Gladys Gómez, Barranquilla.
R.: En el Diccionario de uso del español, de María Moliner, encontré que en su tercera acepción el sufijo -ia “[forma el nombre del] país o nación donde vive el pueblo designado por la raíz”. Como las raíces de las tres palabras que usted pone como ejemplo designan a tres pueblos: ítalos, franceses y rusos, se deduce que los ítalos viven en Italia, los franceses en Francia y los rusos en Rusia. También leí en el Wikcionario que el sufijo -ia “aparece en topónimos, casi siempre descendientes del latín”, y pone como ejemplo a Australia, Galia, Murcia y Suecia. Recordemos que un topónimo es el nombre propio de un lugar o un término procedente del nombre de un lugar.

P.: Origen de la frase “contrato leonino”, acuerdo que favorece exageradamente a uno de sus suscriptores. José A. Moreno A., Quito.
R.: Los contratos leoninos son opuestos a las leyes y a la moral, pues todas las ventajas están a favor de una de las partes. Leonino viene de león, en concreto de “El león, la zorra y el burro”, fábula de Esopo (siglo VI a. C.), que narra que los tres animales se unieron para cazar. La zorra, la más astuta, trazó un plan dentro del cual el burro debía correr espantando a las posibles presas para que arrimaran hasta donde estaba el león y este las atrapara. Así ocurrió, y entonces el león le dijo al burro que repartiera el botín. Este lo dividió en tres partes iguales, pero el león, indignado, pues creía que por ser el rey de los animales le correspondía la mayor parte, atacó al burro y lo devoró. Le pidió entonces a la zorra que hiciera una nueva repartición, y esta dispuso para el león una porción en la que estaba casi todo el botín, y otra en la que solo había residuos. Cuando el león le preguntó quién le había enseñado a repartir tan bien, la zorra contestó: “¡El burro, señor!”.

edavila437@gmail.com