Estamos ya a pocos días de la convocatoria a las urnas a los 36´025.318 ciudadanos habilitados para votar en Colombia, 2.739 aspirantes y 385 listas, abiertas todas ellas, compiten para elegir el Parlamento para el período 2018 – 2022, el cual pasará de 268 curules a 280, 12 más. Adicionalmente, se concurrirá a las urnas también para votar en las dos consultas interpartidistas que estarán en juego, la de Iván Duque, Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez, y la de Gustavo Petro y Carlos Caicedo.

Como es bien sabido, la participación en estas elecciones legislativas, en promedio, no superan el 43% del censo electoral y se espera que, debido al desencanto por los escándalos de corrupción y el desprestigio de la política, la abstención esta vez sea más pronunciada. Como lo afirma Castells, la apatía sobreviene cuando “el interés general es sustituido por el desinterés general” y este es el caso. Esta abulia ciudadana y el desgano frente al derecho y al deber de votar consagrado en la Constitución Política, es una reacción no tanto contra el establecimiento como contra lo que denomina el Nobel de Economía Milton Friedman “la tiranía del statu quo”.

En la más reciente encuesta de Gallup, la institucionalidad en su conjunto sale muy maltrecha, la percepción que se tiene de ella la deja en grave predicamento. En efecto, la reprobación del ejecutivo, del Congreso y del poder judicial registran el 73%, el 84% y el 86%, respectivamente. En cuanto a los congresistas, en esta misma encuesta, en una proporción que supera el 80% tienen un pésimo concepto de ellos. Por su parte los partidos políticos tienen una imagen negativa del 89%, peor que la de las Farc, que se sitúa en el 81%. La aversión por los partidos políticos es mayor entre los jóvenes, pues solo 1 de cada 10 de ellos se identifica con algún partido y manifiesta confiar en ellos (¡!).

Ello es un reflejo, a su vez, de la percepción que se tiene por parte de la opinión pública sobre el rumbo que está tomando el país, a tal punto que el 75% de los encuestados cree que las cosas en Colombia están empeorando. Así mismo, el 79% conceptúa que la economía va por mal camino, el 80% manifiesta su preocupación por el desempleo. Ello se explica en gran medida porque no obstante los avances en la reducción de la pobreza y de la tasa de desempleo, la desigualdad no cede y la informalidad tampoco, al tiempo que los rebrotes de violencia y la desbordada inseguridad ciudadana opacan el logro alcanzado al ponerle fin al conflicto con las Farc.

El resultado de la elección congresional, como lo afirma la firma encuestadora Guarumo, “serán un indicador de cómo quedan las fuerzas políticas en el país” de cara a la elección presidencial. En ese sentido, el 11 de marzo se corre la pole position, y al día siguiente se sabrá, conocidos sus resultados, cómo quedará cada aspirante presidencial en la “grilla” de partida.

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