Durante mi estadía en Tokio, en 1983, el orientador del grupo latinoamericano invitado para conocer el sistema de seguridad industrial japonés, nos recomendó que no alquiláramos vehículos para transitar por sus calles y carreteras, porque en Japón se conduce por la izquierda, al estilo inglés, y podría suceder que ese tipo de conducción no se grabara en la mente e inesperadamente nos desviáramos hacia la derecha, con graves consecuencias.
Casualmente, encontramos en días pasados en algunos medios del país titulares como “Disfruta la vía, protege la vida”, notas que presentaban una lista de chequeo que, según ciertas agencias, “te permite viajar 100% seguro por nuestras carreteras”. Pero la citada lista, de obligatorio cumplimiento, no considera el factor personal de los conductores que pueden distraerse, dormirse o violar las normas de seguridad durante el manejo del automotor. En esta lista de chequeo no se tienen en cuenta los factores de seguridad durante la conducción del vehículo y solo considera normas, documentos o requisitos que son válidos, por supuesto, pero que no influyen en la manera de manejar, cuando el conductor es un violador consuetudinario y cuando se vuela los semáforos o no atiende los avisos de precaución.
Salvo la exigencia de una Licencia de Conducción vigente, que podría llevar la memoria del conductor a una conducta segura y la Revisión técnico-mecánica, el resto de la lista es un mero cumplimiento de la parte legal: SOAT, Tarjeta de Propiedad, extintor, chaleco y triángulos reflectivos, tacos de seguridad, botiquín de primeros auxilios y equipo de carretera. En conclusión, este aviso en los periódicos se reduce a revisar la existencia de papeles legales y equipos para emergencias (si estas ocurren), pero la mayoría de los documentos exigidos no ejerce la función de prevención y de concientización del conductor. Ni la Licencia de Conducción vigente ni el Seguro (SOAT), para casos de accidentes ocurridos, pueden sugerir y mantener en forma permanente una conducta segura de cada conductor de vehículo.
Se requiere que se apliquen adicionalmente otros controles y que se adelanten campañas educativas para la seguridad en el uso de automotores (contempladas en las normas) para todos los conductores de vehículos, incluyendo a los fanáticos motociclistas y a los que les gusta el exceso de velocidad, los que no conocen la cortesía para manejar vehículos y no respetan los derechos ajenos. Tampoco exige nada sobre la planeación de viajes largos o por rutas desconocidas y el evitar el exceso de velocidad o el incumplimiento de los avisos de prevención, entre otras precauciones. La ANSV tiene que considerar a fondo que la seguridad en la conducción proviene del dominio que hace el conductor de su entorno y de sí mismo y es conseguida a través del esfuerzo individual, conociendo los factores que generan accidentes y daños, y que solo puede ser lograda por gente debidamente instruida y que se respeta a sí mismo, al derecho que tienen los otros vehículos y los peatones y tiene en consideración el bienestar de las personas que viajan con él. ¡La seguridad en el tránsito no está solo en los papeles y en las herramientas de baúl!