No son los mejores días para ver o escuchar noticieros y programas deportivos en los canales nacionales. La tan anhelada ‘final cachaca’ que muchos colegas interioranos soñaban (frustrada por Once Caldas y Junior en 2011) por fin se les pudo dar y de seguro que no harán otra cosa que hablar de eso hasta la próxima semana. Millonarios-Santa Fe a la hora del desayuno, en la merienda, en el almuerzo, en la cena, en la televisión, en la radio, en internet, ¡hasta en la licuadora se va a sintonizar y cacarear el tema!
El que gana es el que goza. Ni modo. Santa Fe y Millonarios no brindan tanto espectáculo ni llenan la retina como lo hacía el Junior del ‘Chateo’ (sobre todo el cuadro cardenal que juega a la uruguaya, con más esmero por resguardar su pórtico que por buscar el rival), pero tuvieron la efectividad en ataque y la seguridad defensiva que le hizo falta a los rojiblancos en la agonía del partido ante América.
Hay distintos estilos de juego, unos más estéticos que otros, pero todos, siempre y cuando estén enmarcados en la legalidad del fútbol, son totalmente válidos. Eso es indiscutible.
De todas formas, para mí es una verdadera lástima que el buen fútbol que practicó Junior en este segundo semestre no esté peleando el trofeo de la Liga. Mucho más después de ver la escasa calidad de los duelos de las semifinales. Se corrió bastante, pero se jugó poco. Yo prefiero lo que mostraban Comesaña y sus pupilos. Y no lo digo como consuelo.
Ese accidental y suertudo empate del cuadro escarlata, que anoche volvió a quedar en evidencia como un equipo básico y con pocos recursos futbolísticos, fue demasiado castigo para la falta de contundencia rojiblanca y el parpadeo de Viera en la jugada que significó el 2-2.
Y eso era gol de Yepes… perdón, de Teo… Nunca hubo fuera de lugar en aquella jugada que hubiera significado el 3-1.
Pero bueno, aunque siga fastidiando a la hinchada rojiblanca, hay que pasar la página. Junior debe corregir errores y pulir virtudes. Alexis Mendoza, que es el más firme candidato a suceder a Julio Comesaña (ya falta poco para que se confirme su nombre), tiene el desafío de sostener la base y elegir los nombres que la potencien.
Se descuidó en un momento inoportuno y lo pagó demasiado caro, pero Junior era el mejor equipo de la Liga.