‘La pelota de la felicidad’ es como cuando enciendes un suiche, es como ese algo que te activa y te llena de energía. Cuando estamos tristes o estresados y recibimos la pelota, con un gesto de felicidad de quien la entrega, se siente un cambio de actitud instantáneo. Hay una entrega de buena energía a través de ese gesto de pasar la pelota”.
Muchas son las profesiones u oficios que generan estrés. De hecho, el portal CareerCast analizó distintas profesiones y estableció el siguiente ranking para el 2017: Militar aislado, bombero, piloto de avión, policía, coordinador de eventos, periodista, ejecutivo senior, relacionista público, taxista y presentador de noticias.
Mi profesión es la sexta de este listado. Junto a un gran equipo de seres humanos, además de vivir nuestras propias vidas y lo que esto conlleva, experimentamos diariamente la exposición constante del dolor y la violencia humana, el riesgo de la reportería, el bombardeo informático sobre el crimen, la pobreza y el cambio climático, sumado a la presión por la chiva, la inmediatez, la exigencia en los tiempos de entrega y las extensas jornadas de trabajo.
Ante esta situación, y por salud mental e instinto de supervivencia, nació ‘La pelota de la felicidad’, un ejercicio que consiste en sostener una pelota imaginaria en las manos, agarrarla con entusiasmo y lanzarla los unos a los otros cuando el ambiente se torna tenso o te abruma la sobredosis de realidad. Cada cual elige de qué manera recibe y lanza la pelota; algunos con baile, otros de pechito o cabezazo, hay quienes cantan. Y hay quienes simplemente observan cómo la pelota pasa por las manos de otros.
“Siento que me desestreso, me divierto y, cuando paso la pelota de la felicidad, lo hago con las ganas de transmitirle a otra persona esa alegría, esa misma actitud positiva”, dice una de las periodistas que cubre la fuente de locales.
Otros de los comentarios de miembros de la Sala de Redacción es que pasarla no es solamente continuar con la recocha, sino que “también se la pasas a alguien que quieres que esté bien, que sea feliz. Es una muestra de humanidad” y que la pelota “cambia el ánimo porque, por lo general, estamos siempre ensimismados en el trabajo y cuando llega la pelota de la felicidad se rompe de inmediato lo cotidiano. La rutina cambia y nos distraemos con algo divertido y así mismo se van iluminando las personas que reciben la pelota de la felicidad”.
Lo valioso, además de divertirnos, es que a partir de un juego logramos experimentar emociones positivas en los momentos difíciles y, como la cereza en un helado, saboreamos este bienestar con el propósito consciente de darnos los unos a los otros apoyo, afecto y alegría.
Advertencia: ‘la pelota de la felicidad’ es gratis, no pesa y no ocupa espacio. Llévala contigo, nunca sabes cuándo la puedes necesitar.