Siendo Colombia un país autodeclarado santanderista, se nos olvida muy fácil que lo bueno no es necesariamente lo mismo que lo legal. Esto, en cambio, lo saben muy bien los abogados, porque entienden que el campo de posibilidad de las cosas no está en el campo de lo moral, sino de lo legal. Es decir, lo que se puede o no se puede hacer depende de lo que diga la ley, y la ley es una frase que los abogados interpretan y discuten, muchas veces sin tomar en cuenta qué es lo bueno, o lo justo, o las consecuencias prácticas. Eso es la definición de una leguleyada.

Afortunadamente los ciudadanos y ciudadanas podemos dedicarnos a preguntas más interesantes: ¿qué es lo bueno?, ¿qué es lo deseable?, ¿qué es lo que nos da mas protección y bienestar? No solo son una opción estas preguntas, son un deber, porque además de la ley está la moral, las visiones colectivas sobre la moral, imaginarios sociales que a veces son más poderosos que las mismas leyes.

Todo esto para decir, que los médicos Sales Puccini y otros menos famosos pero con igual reputación, podrían salir libres de los cargos que les imputa la Fiscalía por practicar cirugías para las que no están preparados académicamente. Palabras más palabras menos, la ley, como está redactada, permite la convalidación de los títulos aunque no den las matemáticas para el número de horas que uno tiene que estudiar para ser un buen cirujano o cirujana. Es decir, estos tipos habrían tenido que tener una intensidad horaria de 10 horas diarias para haber podido aprender todo lo que necesitaban para operar, y por supuesto, esto es físicamente imposible.

Pero la ley no tiene que ver con la física, ni con los cuerpos –algunos deformes– y otros muertos que han pasado por sus quirófanos, ni con las personas que son esos cuerpos. Además, como la cirugía plástica en este país es un gran negocio porque la gente paga mucho y habla poco. Hay firmes prejuicios que nos dicen que debemos ser sexies, pero sin quererlo, perfectas pero naturales, que ayudan a que muchos casos se queden en silencio.

Lorena Beltrán, la periodista que pasó por el quirófano de Francisco Sales Puccini y se encontró luego con los senos destrozados por la cirugía, y después de investigar descubrió que en las homologaciones de los cursos de cirugía plástica que estos médicos tomaban en Brasil no tenían en cuenta el número de horas necesario para aprender el oficio. Esto es contrario a la moral y al sentido común, pero a juzgar por la actitud altanera que han tenido los médicos en los juicios recientes, podría ser legal. El 3 de noviembre no se define si son culpables o no. Ya están imputados y el proceso seguirá hasta que pasen el juicio y en la sentencia es que se define si son culpables. Lo que se define es si les darán medida de aseguramiento y si los argumentos y pruebas de la Fiscalía sustentan las irregularidades en los títulos de los médicos. Mejor dicho, se define si ante la ley, los títulos son convalidables. Aunque desde la moral y el sentido común, la respuesta sea clara.

@Catalinapordios