En 1998 nació Cambio Radical por disidencias entre los liberales. En el 2003 llegó al partido Germán Vargas Lleras, quien en 2006 obtuvo más de 230 000 votos y se convirtió en el senador más votado del país. Esto le otorgó poder y reconocimiento a su partido. Fue candidato a la presidencia en 2010. Ha sido ministro y vicepresidente. En la página web del partido, en la sección “Nuestra historia”, afirman: “En 2017, el partido mantiene su vocación de poder y se alista en todos los frentes para duplicar su bancada parlamentaria y llevar a la Presidencia de la República a nuestro máximo líder y el más preparado de los colombianos para asumir la jefatura de Estado: Germán Vargas Lleras”. Sin embargo, el martes 29 de agosto se anunció que el líder de Cambio Radical no se lanzará a la presidencia con su partido sino que recogerá firmas.

Se inscribió un comité promotor, ‘Mejor Vargas Lleras’ es el nombre asignado a este nuevo camino que emprende el ex vicepresidente. El problema es que las candidaturas por firmas se crearon para las personas que no tienen partido político. Vargas Lleras no sólo tiene partido, además es el jefe. Entonces, ¿es posible que pueda desentenderse de Cambio Radical y salir a pedir firmas como si fuera un político desamparado sin otra opción? En teoría, no es el procedimiento más honesto.

No es la primera vez que ocurre un caso así. Álvaro Uribe aplicó una estrategia similar. Fue senador del Partido Liberal durante varios años. También fue gobernador de Antioquia con el apoyo de su partido. En el 2002 alegó falta de garantías por parte de los liberales y decidió recoger firmas e inscribir su candidatura a la presidencia. Empezó a ganar popularidad y reunió a varias maquinarías políticas. Los conservadores lo respaldaron. Se unieron dirigentes liberales y se creó la coalición uribista. En aquel entonces, Vargas Lleras también lo apoyó. Uribe ganó la presidencia y se convirtió en el primer candidato en llegar a la Casa de Nariño por medio de firmas. En el 2006 se repitió la historia. A pesar de existir el partido de la U que lo representaba, decidió seguir nuevamente el camino de las firmas. Lo volvieron a respaldar varios partidos aunque se lanzó como candidato independiente. Logró la presidencia de la república por segunda vez.

Germán Vargas Lleras parece que quiere seguir el ejemplo del expresidente Uribe. Tiene la maquinaría política. No se casa con un partido en particular, pero abre la puerta para que diferentes bandos se unan y avalen su candidatura. No sorprende que tome esta decisión, es una estrategia planeada para ganar las elecciones de 2018. Su campaña presidencial acaba de comenzar así lo matice con una recolección de firmas.

Tampoco se deben olvidar los escándalos de corrupción que enlodan a Cambio Radical. Su principal líder, Germán Vargas Lleras, será candidato presidencial a pesar de que su partido tiene el mayor número de condenados por parapolítica. Hasta un asesino como Kiko Gómez recibió su aval. Es inconcebible que el señor Vargas Lleras resuelva esconder su partido, recoger firmas y seguir su camino como si nada hubiera pasado. Infortunadamente, el colombiano tiene mala memoria. Es tan vivo como bobo. Sigue permitiendo que este tipo de políticos hagan lo que quieran con el futuro de la patria.

Germán no es el man. Tiene partido y se llama Cambio Radical. Repítanlo como eco antes de firmar. Y recuerden: son cómplices cuando votan por los mismos de siempre.

@mariamatusv