Venezuela no es pan comido. Maduro, ante el guayuyo que está recibiendo, trata de inventar para valorizar sus líchigos bonos y conseguir quien se los negocie. Así está su Selección, de última, palo corrido, y hará gran esfuerzo por ganarnos hoy, y valorizar a los jóvenes que ha incorporado para poder negociarlos bien. Tenemos, entonces, que aguarle la fiesta futbolera que quiere añadir a la que le significan los guerrillos constituidos en partido político para contar con oficial apoyo desde un sector institucional colombiano. Hay que golearlos en fútbol, que por el otro lado los atollará la tramitología del Consejo Nacional Electoral para legalizar el nuevo partido que, cuando esto se escribe, aún no tiene nombre. Dura tarea.
Pero más dura es la que le tocará implementar si el Congreso aprueba lo que avanza en materia de reforma electoral, que andan dando palos de ciego los enmermelados pensando en el pan de hoy, y no en el hambre de mañana. No hay tiempo para nuevos inventos. Pero si van a inventar, hagan la lógica: las listas cerradas, por ejemplo, un retorno al bolígrafo, feroz competencia entre sobachaquetas bogotanos, y además lujo que el único partido que puede darse es el Centro Democrático, disciplina total, funcionaría si cada candidato presidencial que sea escogido por su partido encabeza la respectiva lista al Senado, que si gana la Presidencia simplemente renuncia, y así poder arrastrar muchos votos, en lo que sería una especie de prueba de fuego que, además de contarse, serviría para, de acuerdo con el resultado, montar alianzas previas a la primera vuelta. Para la Cámara el tema sería más fácil, por ser votación regional y –como no se puede arañar por otros lares– la cosa está prácticamente contada y los candidatos de cada partido figurarían en el mismo orden de su resultado electoral anterior, sin tener que sobar chaqueta a nadie ni depender de las simpatías del jefe, y todo sería imparcial y equitativo.
Pero muchos candidatos presidenciales planean inscribirse por firmas. Tienen claro que los partidos políticos están, merecidamente, muy desprestigiados, y que ya la gente no se mueve a votar por los partidos, sino por las personas. Apelan entonces a la percepción que de cada uno tiene la gente, zafando su filiación partidista. Sería un esguince a lo de la doble militancia, que ya camina un proyecto de ley eliminándola, cosa que permitiría el ‘sabaleo’, tan común entre políticos. El caso es que el tiempo no va a alcanzar, y lo mejor sería que se dejara todo como está, y que no inventen.
Coletilla: Buena cosa que Ramsés Vargas de una ‘frenteó’ y explicó al detalle las malintencionadas glosas que una veintena de sindicalistas le formularon con algún eco en ciertos medios y, claro, pidió la investigación de Mineducación, que se pronunció favorablemente. La Universidad Autónoma conmemora los cincuenta años de su fundación “Pensando en el Siglo XXI”, está en su mejor momento, y cuenta con el respaldo ciudadano, de los estudiantes y del Ministerio.
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