A pesar de la crisis generalizada que padece el sector salud colombiano, no podemos desconocer la gran labor que vienen desarrollando algunas IPS, a tal punto que son motivo de reconocimiento nacional e internacional, constituyéndose en referentes para las demás clínicas y entidades hospitalarias del país.
Una de estas instituciones que motiva orgullo y permanente admiración en todos los colombianos es el Hospital Pablo Tobón Uribe localizado en la ciudad de Medellín y que es centro de referencia y atención de pacientes procedentes de todas las regiones de este país y que como muy bien lo describe un reciente comunicado de dicha entidad, “durante 47 años ha sido ejemplo de servicio, calidad, innovación y conocimiento en el sector salud”, teniendo “como principio fundamental la atención al paciente y el cuidado de la vida”.
Justamente en ese comunicado, el Hospital Pablo Tobón Uribe, que es una fundación sin ánimo de lucro, ha anunciado la noticia que ha ajustado la disponibilidad de camas en servicio, decidiendo la reducción de 79 camas, 17 de ellas que permitían la atención de pacientes pediátricos, pasando así dicha IPS de una oferta inicial de 527 para quedar en 448 camas.
Para este hospital amigo de la calidad y renovación tecnológica permanentes para optimizar la atención de los pacientes, el hecho de reducir estas camas resulta catastrófico y más si se hace “por hacerle bien al sistema de salud”, según comentó el gerente Andrés Aguirre. La razón que motivó dicho cierre de las 79 camas, son las “deudas que dejaron entidades liquidadas y aquellas que no están en operación, como Cafesalud, Saludcoop y Caprecom”, así como los “pagos insuficientes por parte de algunas entidades como Savia Salud y Coomeva, en relación a la totalidad de los servicios prestados a sus usuarios”.
En otras palabras, el Hospital Pablo Tobón Uribe atendió de la mejor forma a los pacientes de esas entidades aseguradoras, pero ellas le pagaron al hospital de la peor forma, lo que obviamente ha afectado su estabilidad financiera llevándolo a tomar esa drástica medida. Y es que las cifras no mienten: al Hospital Pablo Tobón le adeudan 270.000 millones de pesos, siendo Cafesalud, Coomeva, la EPS Savia Salud y la Gobernación de Antioquia sus principales deudores.
Innegablemente que esto es “una señal de alarma sobre lo que está ocurriendo con la salud en Colombia”, como lo describió Aguirre. El sistema de salud colombiano hace rato está haciendo agua afectando ahora inclusive a grandes y fuertes prestadores como este hospital porque sencillamente sus deudores de manera irresponsable no les pagan la cartera.
Por eso, nuestra solidaridad con el Pablo Tobón Uribe, pero nuestro rechazo total a la negligencia de esas autoridades sectoriales que no protegen ni a los usuarios del sistema ni a las IPS que los atienden, a tal punto, que hasta los grandes prestadores de este país ya empezaron a flaquear, sin que esto les importe a quienes dirigen desde el nivel nacional al sector salud, como tampoco a quienes adelantan su vigilancia, inspección y control.
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