Desde hace varias semanas hemos tenido solicitudes de viejos y conocedores aficionados al boxeo que quieren que les suministremos algunos datos sobre Harry Wills, conocido en el boxeo profesional de altura como la ‘Pantera Negra’, que en su momento estremeció el ámbito pugilístico y especialmente se las arregló para desafiar a Jack Dempsey, quién era el campeón mundial de todos los pesos.
Wills o la ‘Pantera Negra’ se cansó de retar a Dempsey, pero no recibiría alguna constancia que este quisiera pelear con él. Dempsey, boxeador silencioso como pocos, no atendía los desafíos de la ‘Pantera’ ni le daba la menor referencia al púgil de color.
Sencillamente, Dempsey lo remitía mentalmente al promotor de boxeo y único en el mundo capaz de ofrecer millonadas por un combate. Como un boxeador no puede permanecer inmóvil, pues tiene que fajarse en el mundo de las trompadas, Wills hizo varios combates —entre ellos varios contra contendores que tuvo Dempsey— y los aficionados miraban que mientras este los noqueaba, Harry Wills, se tenía que contentar con triunfos por puntos.
La opinión general en los años 20 era que Harry Wills no lucía como contendor digno de Dempsey. Wills peleó primero con Luis Ángel Firpo, y mientras Dempsey lo liquidó en menos de dos asaltos, él tuvo que contentarse con un fallo de los jueces (y ni siquiera de los jueces, porque estos no votaban cuando la pelea llegaba hasta el final de los asaltos).
Wills, para su mala suerte, aceptó una pelea contra el español Paulino Uzcudún; este combate marcó el final de Wills como figura de primer orden, ya que Uzcudún, que no ganaba casi nunca un combate por nocaut, se dio el lujo de noquear espectacularmente a la ‘Pantera’, echando un baldado de agua fría a la expectativa que generaba el púgil de color. Ahí se acabó la ‘Pantera Negra’ como figura de primer orden en el boxeo de los años 20.
Dempsey no concedía entrevistas, y menos para que lo pusieran a hablar de Harry Wills, pero muchos amigos de Dempsey decían que él estaba seguro de noquearlo, pero la responsabilidad del combate no estaba en sus manos, sino en las del promotor de los grandes espectáculos, Tex Rickard.
¿Y qué pasaba con Rickard en este tema? El hombre no quería ni que le hablaran de un combate interracial. El había visto los baños de sangre que produjo la pelea entre Jack Johnson y Jim Jeffries y juró para sí mismo que nunca prometería una pelea entre negro y blanco.
Uzcudún se encargó de disipar muchos interrogantes difíciles y su nocaut sobre la ‘Pantera Negra’ fue el final de este gigante de ébano.