En junio de 2014, el barrio El Ferry salió a marchar a favor de una de las bandas criminales más peligrosas de Barranquilla, ‘los 40 Negritos’. Como dijo uno de sus habitantes a EL HERALDO: “No es que estemos defendiendo al delito ni apoyando a los delincuentes. Es que en El Ferry estamos viviendo una situación grave de inseguridad que la misma Policía desconoce. Estos muchachos nos defienden de las incursiones de ‘los Grasa’ y ahora de las fechorías de ‘los Papalópez’”. Y es que más o menos desde 2013 las bandas criminales han tomado control de la ciudad. Nada más en el fin de semana del 8 de julio se presentaron seis homicidios en el Área Metropolitana de Barranquilla.
La Defensoría del Pueblo afirma que en la ciudad también opera el ‘Clan del Golfo’, el grupo delincuencial ‘los Costeños’, y que desde el 2013 los homicidios en la ciudad van en aumento. En su columna de esta semana en La Silla Caribe, la periodista Tatiana Velásquez señala que en los últimos cuatro años han ocurrido 15 desmembramientos en barrios cercanos al río Magdalena, en donde sí, también hay casas de pique, aunque las autoridades y la ciudadanía no queramos aceptarlo.
Hoy Barranquilla, además de ser un paraíso para el lavado de plata, es “tierra fértil para el microtráfico, la extorsión y el sicariato”. Ninguno de estos graves problemas se resuelven con simplemente quitar al parrillero de las motos en los barrios del norte. Velásquez cierra su columna advirtiendo que están por salir de la cárcel casi 400 presos, por vencimiento de términos, y no será extraño que se unan a las bandas más peligrosas.
A los y a las barranquilleras nos encanta decir que esta ciudad es el “mejor vividero”, pero no nos gusta hacer nada para mantenerla así.
Durante años esa exaltación del goce barranquillero ha servido para ocultar el aumento de la violencia y la delincuencia en la ciudad. Es duro vernos como otras ciudades violentas del país, especialmente porque la ciudad pasó agachada en tiempos de la violencia y de las guerras del narcotráfico. Pero esa dicha es cosa del pasado, hoy Barranquilla es otra, y si seguimos ignorando el problema de las bandas criminales muy pronto eso del “buen vividero” será una leyenda. Basta ver las cifras de la violencia para que la altísima aprobación del gobierno Char parezca un absurdo.
¿Qué programas se están desarrollando en la ciudad para que los jóvenes no se enfilen en las bandas criminales? ¿Cómo se está fortaleciendo la Policía para que pueda resolver los problemas de crimen organizado, sin que tengamos que meter a ejército para empeorar las cosas? Y sobre todo, ¿qué tiene que pasar para que los medios, las autoridades y los ciudadanos dejemos de negar el problema de las bandas criminales? @Catalinapordios