La votación mayoritaria a favor del presidente Santos coincide, geográficamente, con las regiones más pobres del país, por tanto, el Acuerdo Programático que firmó la Unidad Nacional con nuestro movimiento ‘Colombia, país de regiones’, el pasado 3 de mayo, despierta un fuerte interés sobre su materialización, principalmente, en el Caribe y el Pacífico.
En este Acuerdo, el Presidente se compromete en construir la institucionalidad regional: “avanzar hacia la creación de regiones, con asignaciones de competencias y recursos para la creación de órganos necesarios que puedan impulsar los proyectos y políticas de su interés, conservando la unidad del Estado Nacional”.
Para lograrlo, es fundamental la bancada de los 31 senadores Caribe quienes deben trabajar unidos para la construcción de un gran Plan de Desarrollo Regional.
Las regiones más apartadas requieren obras de infraestructura y recursos para programas que disminuyan su pobreza y hagan crecer su economía. Los planes de desarrollo siempre se han hecho de espaldas a la gente.
Cumplir con lo convenido, respetar la palabra empeñada y construir la institucionalidad regional nos conducirá al manejo directo de nuestros asuntos para poder mejorar nuestra competitividad y nuestras condiciones de vida.
Mucha gente nos pregunta, con algo de preocupación, acerca de cómo Santos le va a cumplir a la Región Caribe. Mi respuesta es clara: avanzaremos en el compromiso de este Acuerdo para superar la inseguridad, violencia, pobreza y concentración de riqueza en la región. El Acuerdo tiene un objetivo de equidad, no debe olvidarse esto.
Llama la atención el caso de Antioquia que, a pesar de haber votado mayoritariamente por Zuluaga, tuvo en el Urabá (caribeño) un comportamiento similar al resto de la Región Caribe, pues once de sus municipios votaron en un 65% a favor de Santos.
Creo que lo que acabamos de vivir en las regiones es el reflejo del voto de opinión, por lo tanto, no es justo que se nos quiera poner etiquetas de compradores de votos como una manera fácil de explicar lo que acaba de ocurrir.
Una cosa es la Descentralización como concepto de organización del Estado lo cual significa un traslado o transferencias de funciones a órganos con personería jurídica diferentes a la Nación. Otra es la modalidad de Descentralización Administrativa que significa que solo se transfieren funciones administrativas (planeación, organización, ejecución y control del trabajo operativo o de producción), lo que es diferente a la Descentralización Política que conlleva al traslado de funciones legisladoras y/o judiciales.
En Colombia hay descentralización administrativa que cada día se disminuye, hecho que se denomina ‘recentralización’. Nosotros optamos por la Autonomía que es contraria a la recentralización.
Nuestro problema real es que el modelo de Estado centralista nos priva del derecho de tener libertad política para autogobernarnos. Ante esta realidad y en consonancia con la voluntad expresada en forma masiva y unánime por las regiones, el camino no es otro que convocar una Asamblea Nacional Constituyente que expida una Carta Política que permita la construcción del Estado de Autonomías Regionales. Cumplamos el Acuerdo con visión de país y así nos irá bien a todos los colombianos.