Compartir:

Para muchos barranquilleros quedó entre sus antiguas tradiciones trasladarse a otros municipios para disfrutar del mar. Desde que Puerto Mocho tuvo una restauración integral, la cual incluyó mejorar y potencializar su entorno ecológico y social, el panorama ha cambiado por completo.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDOEl turismo sostenible, la gastronomía y los deportes son algunos de los aspectos que se han fortalecido con la recuperación de esta playa urbana.

Queda poco, o nada, de aquella playa remota que generaba desconfianza a muchos locales y que también fue un lugar de trabajo inseguro para los comerciantes.

Le puede interesar: Miquel Vidal-Bover, analista de Políticas Públicas de la OCDE, habla desde el Puerta de Oro

Un efecto colateral significativo que trajo la restauración fue dignificar la labor de los caseteros.

Hassir Abdala pasó de vender bolis a tener un mejor restaurante. Cuando recuerda al antiguo Puerto Mocho, y todo lo que vivió, se cristalizan sus ojos, la nostalgia se adueña de sus palabras y evoca aquellas madrugadas en las que, con su madre, molía el maíz para vender a los pescadores los fritos.

“Mi mamá era cocinera de un restaurante en la primera playa y hacíamos fritos a las tres de la mañana para vender a los pescadores. Recuerdo que los fines de semana vendíamos boli. Y salíamos todos los lunes a comprar insumos. Con el tiempo, montamos el Mirador Mallorquín. La vida no ha sido fácil; todo ha sido siempre con muchos sacrificios”, expresó el hombre de 45 años.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDOHassir Abdala, dueño del restaurante Mirador Mallorquín.

En ese entonces, el entorno estaba descuidado —y no estaban tan conscientes del cuidado ambiental—, por lo que las carreteras presentaban un mal estado y cocinaban en fogones de leña entre los mangles. Hassir relató que la situación los obligó a pedir ayudas a empresas, puesto que cuando llovía las ventas eran nulas y la inseguridad era latente.

“Antes no teníamos luz, no había agua, no éramos restaurantes formales. Hoy en día tenemos privilegios. Ya somos restaurantes establecidos. Cuando la Alcaldía se presentó aquí, lo primero que hicieron fue hacernos estudios y capacitarnos”, aseguró.

Además: Colombia y Estados Unidos han acordado fortalecer sus diálogos para proteger las condiciones laborales

En total, fueron ocho meses en el Sena en el que cambiaron sus costumbres, sus ideales y sus dinámicas de trabajo: “Nos pusieron a estudiar manipulación de alimentos, servicio al cliente, auxiliar de cocina. Hoy en día todo eso lo hemos traído al negocio”.

Una recuperación integral

Puerto Mocho se ha convertido en un ícono turístico. Así lo afirmó Diego Rada, encargado de la gerencia del proyecto de Puerto Mocho, quien relató que esta playa se formó naturalmente por la sedimentación que se presentaba en esta zona, que es la frontera entre el río, el mar Caribe y la ciénaga de Mallorquín.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDODiego Rada, encargado de la gerencia del proyecto de Puerto Mocho.

El proceso de revitalización se inició en febrero del 2023, el cual se caracterizó por ser un proyecto que, además de primar la ejecución técnica, impuso el factor social como pieza clave.

“Con todos los gremios que estaban en el sector, liderados a través de la Alcaldía de Barranquilla, logramos tener un acercamiento con los gremios de mototaxis, bicicoches, caseteros, pescadores, los gremios incluso de la calle 106 y todo ese sector que se vio impactado por el proyecto”, expresó a EL HERALDO.

Anteriormente, Puerto Mocho estaba cerca de un 1.20 metros por debajo del nivel del mar del que está actualmente, lo que la convertía en una zona inundable. No obstante, fue a través de estudios que se establecieron niveles seguros que garantizan la protección de toda la infraestructura.

Asimismo, el encargado manifestó que no existía antes ningún tipo de control de vertimientos de desechos ni manejo adecuado de residuos sólidos; no obstante, dentro del plan integral también se contemplaba preservación ambiental, por lo que se ha posibilitado la conservación del manglar, se ha inspeccionado todo lo relacionado con las basuras y desaparecieron los malos olores.

“El éxito de Puerto Mocho no necesariamente va orientado únicamente al tema de infraestructura, sino también al tema ambiental, que ha marcado un hito histórico para la ciudad en cuanto al desarrollo ambiental que hemos tenido aquí”, expuso.

Cabe resaltar que también se implementaron pasos de fauna, incluyendo barreras y pasos a nivel para facilitar el movimiento de las especies. Estas estructuras están diseñadas para animales como iguanas, mapaches y serpientes. Además, instalaron alumbrado público fotovoltaico y realizaron mejoras en la zona.

Lea también: Barranquilla se proyecta como referente nacional de economía nocturna en foro de la OCDE

Lo cierto es que, hoy día, este espacio reúne comercio, gastronomía, deporte y ocio a las afueras del territorio.

“El nuevo Puerto Mocho es una integración entre la zona rural de Barranquilla y la zona urbana. Este proyecto viene ofreciendo una oferta diferente, donde el turismo es el principal componente, junto con el comercio y la gastronomía local como actores principales, los deportes y, por supuesto, toda la atención que se brinda en el marco de la operación que se viene adelantando”, explicó Rada.

Después de 7 meses de apertura, este complejo turístico ronda alrededor del medio millón de visitantes, quienes muchos de ellos también asisten para respirar el ambiente deportivo que se vive en Puerto Mocho.

“Hay una ciclorruta que se viene usando; los recientes eventos deportivos que se han realizado han tomado a Puerto Mocho como un punto estratégico para circular. Eso también les da una visibilidad no solo a nivel nacional, sino internacional. Por lo tanto, ha sido un éxito total este proyecto, en cabeza del alcalde Char”, finalizó.

Mejor vida

Y así como cambia la infraestructura, el entorno y su lugar de trabajo también se transforma el bienestar de aquellos comerciantes que estuvieron en la playa desde tiempos inmemorables.

Nidia Sabogal, administradora del restaurante Delicias del Mar, tiene con qué asegurarle un futuro a sus hijos.

“A mí me cambió todo. Incluso mi estilo de vida. Mi casa mejoró y veo por fin un futuro para mis hijos. Todo, absolutamente todo, cambió con la restauración. Gracias a Dios, ha sido una buena experiencia”, sentenció la mujer.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDONidia Sabogal, administradora del restaurante Delicias del Mar.

Nidia también pertenece a esos primeros caseteros que, a pesar de las dificultades del lugar, no abandonaron Puerto Mocho por la esperanza de que la transformaran.

“Yo estuve en las duras y en las maduras. Sabía que lo que venía era grande. Soñaba con que algún día todo cambiara y gracias a Dios se nos dio. Siempre tenía la expectativa de que venía algo bueno para nosotros. Yo creo que todas las personas que, desde un comienzo, estuvimos aquí y estamos hoy, consideran que decidir quedarnos fue lo mejor”, señaló.

Comparar los tiempos antiguos con los actuales es inevitable para Nidia y todos aquellos caseteros que consolidaron sus negocios desde antes de la restauración. Pasaron de tener un paisaje desagradable a contar con múltiples espacios atractivos para los visitantes; de tener prácticas desfavorables con el medio ambiente a cuidarlo para potencializar su turismo sostenible, y, sobre todo, de no tener calidad de vida a tener asegurado un mejor mañana.

Los servicios a los que pueden acceder los visitantes en la playa urbana

El nuevo Puerto Mocho cuenta con más de un kilómetro de playa, más de 300 carpas con 650 sillas frente al mar y el servicio de alquiler con una tarifa de $20.000 (incluye 2 sillas plásticas). También, 144 mesas de picnic, cada una con 6 puestos (864 sillas), comedores, puntos de venta, actividades deportivas y acuáticas, servicio de alimentación y bebidas con una amplia oferta gastronómica local y una infraestructura de calidad.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDO

El ingreso y acceso a la playa tiene tres opciones. Una es a través de la estación del tren, que con sus vagones transporta en cada trayecto a 70 personas hasta la playa en sus 2.5 kilómetros de vía férrea. Como segunda opción de transporte se cuenta con ciclorruta y la tercera forma de llegar es caminando a través del sendero peatonal.

La estación del tren tiene zona de taquilla, locales comerciales, baños públicos, zonas de servicio y atención al público, vigilancia privada y una estación de policía. Además de un parqueadero con capacidad para 107 vehículos, 4 buses, bicicletas y motos, que tiene un valor de 13.000 pesos como tarifa única. Por último, el complejo tiene 16 cocinas, puntos de venta, comercios menores, casetas, baños, comedores, y toda la infraestructura adecuada para la atención y servicios.