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En medio del tenso panorama político entre el Gobierno nacional y las autoridades locales, Cartagena avanza con una ambiciosa apuesta de transformación urbana, desarrollo social y autonomía desde la gestión pública.

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El alcalde Dumek Turbay, en entrevista con EL HERALDO, se refiere a los proyectos de gran envergadura que se vienen materializando en la ciudad para consolidar una nueva visión de ciudad, para así darles respuesta a los retos pendientes.

Frente a las confrontaciones con el presidente Gustavo Petro, el mandatario distrital fue enfático sobre la necesidad de un respaldo legal y jurídico a su figura, un tema que será motivo de análisis en la próxima cumbre de alcaldes de ciudades capitales.

¿Qué está pasando hoy en Cartagena? ¿Cuál es la fotografía de la ciudad?

La ciudad está optimista. La ciudad está dejando atrás el desencanto, el desespero y la molestia por la poca dirección pública, porque en el escenario empresarial, en el escenario privado, tiene proyectos maravillosos.

En lo público había una gran falencia: no había visión, empoderamiento ni hechos que mostrar. Es lo que hemos podido corregir a esta altura del Gobierno y ahora hay una ciudad optimista, donde el Gobierno es casi que el referente a diario, hace parte de la conversación diaria por nuestros anuncios, por los procesos que hacemos, por las intervenciones barriales, por pensar en grande y eso ha llevado a que logremos convocar a todos.

Estamos encaminados a que en diciembre haya un nuevo plan de ordenamiento territorial, que estamos construyendo con muchas manos para que Cartagena tenga una visión de desarrollo para los próximos 50 años.

Alcalde, ¿cuáles son esos proyectos bandera que ha logrado concretar a partir de la unidad que hoy respira Cartagena?

Hay un tema que preocupa mucho a los cartageneros y es la generación de ingresos, la empleabilidad. Por eso hemos definido, desde la parte estratégica del Gobierno, una serie de iniciativas que nos ayuden a tener más eficacia en este propósito.

Por eso hemos puesto en marcha el plan de inversión pública más grande que haya visto Cartagena en su historia. Entre agosto del año anterior y este año se ha destinado una cifra gigante, son casi 3 billones de pesos de inversión pública que dependen del Gobierno de la ciudad.

La recuperación de la malla vial, estancada durante los últimos 30 años, la posibilidad de luchas contra los problemas de movilidad a través de la construcción de grandes intercambiadores viales es una realidad.

También se encuentra en marcha la intervención de toda la infraestructura educativa que nos fue entregada en ruinas. Hoy estamos haciendo una apuesta de construir ocho nuevos colegios para la ciudad, de tres nuevos hospitales para Cartagena.

Estamos haciendo una intervención en todos los centros de desarrollo infantil, en los centros de atención al adulto mayor. Tenemos una inversión cercana a $130 mil millones de pesos en toda la infraestructura deportiva.

¿Se ha puesto en marcha algún proyecto para fortalecer la vocación turística de la ciudad?

Ya abrimos la licitación, con pliegos definitivos, del Gran Malecón del Mar, que será el malecón más bello del mundo. Cada vez que va Alex (Char) le digo, bueno, el nuestro será el malecón más bello del mundo. Nos reímos con eso.

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Es una obra de 55 millones de dólares, financiada con recursos de los cartageneros. Y esta obra resume lo que la ciudad dejó de hacer en los últimos 30 años. Es decir, Cartagena no planeó, no tuvo visión. Cartagena se conformó con el entorno amurallado, con el Castillo San Felipe y con las islas.

La ciudad turística por excelencia del país, la ciudad que en el turismo tiene el mayor generador de empleo y de ingresos, abandonó los nuevos escenarios de turismo, los nuevos espacios para ser más competitiva y para atraer más visitantes.

Con este malecón, que inicia en plaza Azul en La Boquilla y termina inicialmente en la entrada a Bocagrande, le vamos a dar a la ciudad una nueva postal, le vamos a dar a la ciudad una nueva forma de comunicarse con el mundo y con Colombia para tener más visitantes.

En el Gobierno pasado, los recursos estuvieron en el banco. Dejó en el banco más de un billón de pesos, mientras la gente pasaba hambre, las calles estaban destruidas, los parques abandonados y los hospitales nuevos sin aparecer.

Para este proceso de transformación, ¿Barranquilla ha sido un referente?

Barranquilla es nuestro referente. Con muchos de los dirigentes del Atlántico hemos tenido momentos para pensar en el futuro, de soñar nuestra región de la mejor manera.

Durante los momentos tan duros que le ha tocado vivir a la ciudad, Barranquilla siempre fue como la ilusión, el deseo de poder estar tan cerca de Barranquilla, pero no estar tan lejos del desarrollo, como afortunadamente los habitantes de esta capital del Caribe lo han podido percibir.

Cuando decidimos hacer campaña, estuvimos siempre atentos a tener el referente de esta ciudad. Muchas de nuestras iniciativas están inspiradas en esta gran transformación que ha vivido Barranquilla en los últimos años.

Usted ha sido enfático al decir que estas inversiones son hechas con los recursos de los cartageneros. ¿Qué ha pasado con las inversiones por parte del Gobierno nacional?

Hemos tocado puertas, pero las hemos encontrado cerradas. Ha sido realmente triste porque es como si tuvieran algo en contra de los cartageneros. Es decir, es negarle a la ciudad procesos de desarrollo, de respaldo, y creo que todo arranca cuando en elecciones en octubre de 2023 se derrotó al candidato del Pacto Histórico.

Hoy tengo que trabajar con los cartageneros. No puedo negarle ninguna posibilidad de respaldo ante una ilusión, ante un sueño que queremos hacer realidad o ante un problema que hay que resolver.

Sin embargo, no ha sido posible conversar con el ministro de Educación, cuando la inversión para mejorar los ambientes escolares y los procesos pedagógicos en la ciudad supera los 400 mil millones de pesos.

Ese ejemplo comienza a repetirse en casi todos los sectores. El único proyecto que hemos podido destrabar ha sido el de protección costera, que estaba abandonado e inmerso en el escandalo de la Unidad de Gestión del Riesgo.

Con quien pensé que iba a tener algún tipo de dificultad fue con quien menos dificultad tuve, que es con el actual director de la Unidad de Gestión de Riesgo (Carlos Carrillo), quien –al César lo que es del César– ha sido un gran director.

Yo tuve la oportunidad de trabajar con el presidente Santos como gobernador y era muy cercano a él. Cuando llegó el presidente Duque dije que íbamos a sentir alguna distancia y todo lo contrario, fue solidario con todas las causas del departamento.

Teníamos la idea de que el método presidencial, el método del Gobierno nacional frente a los territorios, era trabajar en equipo. Eso fue destrozado completamente. Ese establecimiento ha sido pateado, no existe esa lógica y bueno, más allá de ser un aliado o de vernos como un aliado pues hoy somos vistos realmente como unos enemigos del Gobierno.

¿Cómo recibe usted los señalamientos que ha hecho el presidente Petro en contra de los mandatarios locales?

Es algo muy triste, sobre todo porque mis hijos adolescentes ya ven en las redes y de alguna manera se enteran de todo. Entonces se angustian, se preocupan cuando hay un señalamiento, una forma de expresarse tan desobligante e irrespetuosa.

Lo que se viene es lo que se planteaba con los alcaldes de las ciudades capitales. Lo que nos corresponde es solicitar un amparo legal, un amparo judicial; que las autoridades constitucionales y judiciales tienen que estar muy pendientes y darnos la tranquilidad y la seguridad.

Yo creo que lo que se viene es peor de lo que ha pasado y estamos expuestos. El presidente nos expone con todo lo que dice. Debe haber una manera de que tengamos un blindaje legal para lo que se viene. Que solicitemos, ante organismos internacionales, una vigilancia especial a lo que pueda pasar de ahora en adelante con nuestra actividad de gobierno, que también fue elegida de manera democrática.

Creo que las circunstancias de lo que se viene es un Gobierno que no va a querer perder el poder. Es una lucha por el poder. Y nosotros, en nuestra defensa de los intereses de nuestra comunidad, pues nos volvimos incómodos, nos volvimos un obstáculo.

Hay algunos alcaldes que no piensan como nosotros y lo que menos queremos es que nuestra agremiación se divida, haya confrontación. No podemos dejar que esas circunstancias nos dividan y creo que el 28 de marzo va a ser una fecha clave, en la que los alcaldes de las ciudades capitales nos vamos a pronunciar frente al atropello y señalamiento injusto por parte del presidente Petro.

Cuando el Gobierno saca pecho de que el país va bien, en gran medida somos las autoridades locales las que hacemos que el país vaya bien. Nosotros vamos a seguir haciendo la tarea y obviamente hay una prohibición legal frente a lo que se viene, que es el debate electoral.

Yo no me voy a vincular en ese debate, pero en los momentos cruciales de mi ciudad sí me voy a vincular. En lo que se viene y que no sea beneficioso para nuestra sociedad, me voy a vincular y voy a opinar.

Está claro que fijar una posición, que tomar una decisión absolutamente autónoma y legítima, pues incomoda y duele y genera que nos muestren los dientes, que nos muestren los colmillos. Frente a eso esperamos la unidad de los gobernantes del país y que el sistema judicial y constitucional y los organismos internacionales entiendan que hay una amenaza real y que necesitamos que nos respalden.

Hay aspectos puntuales, como las tarifas de energía, que siguen sin solución…

Hace algunas semanas me preguntaron por cuándo iba a haber una solución a ese atropello que es el corto de la energía para los habitantes del Caribe. Y yo dije, casi que rendido, que lo único que puede resolver ese problema es un milagro.

Creo que ahí te doy la respuesta. Ya hemos agotado todas las fórmulas, planteamos todos los caminos, exploramos todos los escenarios posibles para que pueda haber una solución. Ahora al ministro de Minas se le ocurrió una genialidad y nuevamente se refirió a la lucha entre ricos y pobres, para que sean los estratos más altos los que paguen por los que no tienen cómo pagar.

El anterior ministro le dio un Bon bon bum a la gente en Cartagena, le dio un dulce, hablando de las famosas comunidades energéticas. Identificó unos barrios populares y les dijeron que iban a ser los primeros pilotos de comunidades energéticas. Nada ha pasado.

Usted ha sido gobernador y ahora alcalde, sabe cómo funciona lo público. ¿Por qué cree que pasa eso?

Yo creo que no están preparados para gobernar. Es decir, el ser funcionario público tiene su ADN. Cuando yo me levanto todas las mañanas y reviso mi matriz de trabajo, entiendo que el tiempo es oro.

En Cartagena tenemos un completo escenario de complicidad para el éxito, para dar resultados. Nosotros trabajamos sobre resultados, sobre que las cosas puedan salir bien. Yo creo que ellos nunca estuvieron preparados para eso, no se imaginaron que gobernar un país fuese tan complejo.

Además, tengo una teoría y estoy escribiendo sobre ella: son adictos al caos. Si nada funciona, si todo es una locura, si ningún proceso se termina, se sienten más cómodos; es decir, en el caos seguramente se sienten más cómodos y seguramente sacan más réditos.

No les interesa que haya subsidios, no les interesa que haya un aeropuerto, no les interesa que el canal del Dique se recupere, no les interesa nada cuando hablamos de desarrollo y de progreso.

Hay otros temas que se han quedado a medio camino, como las obras en el Canal del Dique

Yo pensé que habíamos visto todo, pero que va. La anterior ministra del Medio Ambiente, en su papel de activista, consideró que hay una colonia del pargo rojo que puede verse afectada en el Golfo de Morrosquillo y paró el proyecto. Entonces, la Anla tiene que licenciar el proyecto cuando se dijo que no se requería licenciamiento ambiental, o peor, cuando podíamos iniciar la ejecución del proyecto por fases y en donde no hay una necesidad de licenciamiento ambiental poder ejecutarlo.

Sabíamos que el licenciamiento ambiental, cuando lo hablamos el año pasado, se iba a demorar entre dos y tres años. El contratista es el menos perjudicado por una sencilla razón: es un contrato firmado.

La decisión de suspender las obras se tomó a pesar de los beneficios de control de inundación y recuperación de todos los cuerpos de agua alrededor del canal del Dique, desde Cartagena hasta Santa Lucía y Calamar.

Además, se podrá garantizar el agua potable para la ciudad de Cartagena porque se toma de la ciénaga de Juan Gómez, que está en la jurisdicción del municipio de Arjona. La esclusa que se construiría allí le daría a la ciudad la tranquilidad de que habrá un suministro constante de agua dulce.

Lo mismo pasa con el nuevo areopuerto…

Ya en el barrio Crespo no quieren el aeropuerto Rafael Núñez. Hubo una reunión con la comunidad porque se aprobaron obras de ampliación para 10 años más, que tienen un fuerte impacto para la comunidad.

Hemos pedido que se dé la orden para la construcción de un nuevo aeropuerto, en Bayunca, que es una iniciativa privada, en la cual no se invierte un peso público y le daría una enorme oportunidad a todo el escenario de ciudad-región que conforman Clemencia, Santa Catalina, Villanueva y Santa Rosa, que son municipios conurbados.

Ahora hay una amenaza latente: que la Agencia Nacional de Tierras entregue los terrenos de influencia del nuevo aeropuerto para la ubicación de cabildos indígenas, comunidades afro y campesinos. Yo no estoy en contra de eso, pero sé que hay miles de hectáreas adicionales para entregarles a estas organizaciones.

El presidente de la ANI es cartagenero, pero sabemos que no va a tomar una decisión tan crucial y estratégica. Nos alcanzamos a ilusionar en el Congreso de ONU Turismo, cuando en la clausura el presidente Petro dijo que iban a dar el visto bueno al nuevo aeropuerto, pero creo que quedó para otro gobierno.

Alcalde, usted ha sido un opositor al cobro de la valorización. ¿Por qué?

Esa es la ridiculez más grande que yo he podido escuchar en mi vida. No han terminado la doble calzada y cómo vas a cobrar la valorización en una vía que tiene 30 años ejecutándose. Hay serios vicios en la resolución del Invías, por lo que demandamos.

No hay forma de entender cómo nos pretendes cobrar cuando ni siquiera nos han dicho, si la llegaras a cobrar, ¿cómo vas a invertir los recursos? Lo primero que nos dijeron fue que iban a ir a un fondo para obras en el país.

Nosotros no estamos de acuerdo con ese cobro y no lo vamos a pagar, pero por lo menos dime qué piensas hacer con los recursos. Tuve todas las reuniones con los ministros y no fue posible. Por eso nos vamos a radicar a ese cobro.

Es que el discurso que se ha planteado es que los ricos no quieren hacer su aporte para los pobres. Ahí demuestran que no están interesados en que disminuyamos el tiempo de viaje entre Cartagena y Barranquilla, que la vía sea más segura. Nada de eso existe.

Por eso he decidido, como alcalde mayor de Cartagena, que no me siento en una mesa más. Vamos a insistir en nuestra acción legal, coadyuvamos también con otras acciones legales que se lideraron desde Barranquilla y que sea la justicia la que resuelva esto.

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