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La comunidad del corregimiento de Santa Verónica, en jurisdicción de Juan de Acosta, se encuentra en alerta por la aparición en sus playas de la especie fragata portuguesa.

El reporte fue hecho por Alberto Cianci, presidente de la Asociación de Cabañas  en Villas Santa Verónica, quien aseguró que existe un riesgo para los bañistas y deportistas que frecuentan estas playas.

Expuso que los residentes de la zona desconocen el manejo que debe haber con esta especie, así como expuso que las autoridades competentes no han socializado las rutas de atención que se encuentran vigentes.

'Estamos alerta por los bañistas, por los que practican los deportes acuáticos, hay que advertirles, no sabemos si ellos se han dado cuenta de esta situación, yo creo que estos animales pueden llegar hasta Cartagena porque es la misma playa', expresó Cianci.

Agregó que el fuerte oleaje que se presenta en estos momentos hace que la fragata portuguesa llegue hasta la orilla.

Al respecto, la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) indicó que el mar Caribe es el hogar de muchas especies de individuos que cada año cumplen sus ciclos biológicos y surten recorridos aprovechando el curso de las corrientes.

Advirtió que el contacto con estos individuos puede generar molestias, urticaria, dolor y ardor en la zona de contacto por eso se hace una llamado a la comunidad de la zona costera y a los visitantes para estar atentos por la presencia de esta especie en las zonas de playa.

De acuerdo con Parques Nacionales Naturales de Colombia, esta es una especie bastante peligrosa por su naturaleza urticante y alta toxicidad.

La entidad indicó que su veneno genera daños graves al ser humano o puede producir picaduras cutáneas de diversa gravedad. Agregó que, en algunos casos, la atención médica debe ser inmediata, ya que su picadura puede provocar un shock anafiláctico.

'El resultado más común por el contacto es una lesión en forma del látigo, las cuales pueden durar de minutos a horas y la erupción puede progresar a hemorragia o ulceración. Los episodios pueden durar de cuatro a seis semanas en el sitio de envenenamiento', expuso Parques Nacionales Naturales.