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Siete meses exactos se cumplen este martes desde la confirmación del primer caso de contagio por Covid-19 en el territorio nacional. Esta desconocida enfermedad puso a prueba el sistema de salud y, de hecho, ha evidenciado las falencias en capacidad de diagnóstico y de vigilancia en salud pública, que por décadas han agobiado al personal médico.

En medio de la carrera contrarreloj que ha supuesto combatir el virus, las autoridades sanitarias han avanzado en un plan de fortalecimiento del sistema de salud colombiano, con el firme objetivo de superar los impases para incrementar la capacidad de respuesta a la pandemia.

Juan José Márquez, presidente de Asociación Colombiana de Medicina Interna (ACMI) capítulo Caribe, resaltó que la emergencia sanitaria por la Covid-19 ha permitido que se mejore la infraestructura hospitalaria en el territorio colombiano.

'La Covid-19 destapó muchas falencias que se tenían en el sistema de salud. Había un rezago importante y la comunidad ha podido comprender que nuestro nivel de salud no es el más adecuado. La calidad de atención a los pacientes no es la mejor', expuso el especialista a EL HERALDO.

A su turno, Jesús Tapia, presidente de la Asociación Colombiana de Infectología (Acin) capítulo Caribe, resaltó que la emergencia sanitaria ha permitido habilitar camas UCI en ciudades como Leticia y Quibdó, que no contaban con los espacios pertinentes para la atención de pacientes críticos.

Trabajo en equipo

Para José Luis Osma, presidente de la Sociedad Colombiana de Ortopedia y Traumatología, el trabajo multisectorial se ha fortalecido: 'El Estado y las organizaciones de salud, así como el cuerpo médico y la academia han trabajado en equipo'.

Por su parte, José Luis Accini, presidente de la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (Amci), dijo que durante este tiempo ha sido 'importante el intensivista como la auxiliar de servicios encargada de la limpieza y desinfección del área'.

Tareas pendientes

Ángel Salas, secretario de Anthoc Atlántico, indicó que el problema estructural de la salud 'aún persiste', especialmente en lo concerniente a lo público.

'La columna vertebral de cualquier sistema de salud en el mundo es una red pública hospitalaria, con un modelo de atención primaria', expuso.

Indicó, además, que es necesario mejorar las condiciones laborales del personal de la salud, haciendo enfásis en 'acabar la intermediación' y lograr una mejor calidad en la prestación del servicio.

Por su parte, Márquez abogó por 'mejorar y cambiar las reglas de la salud', así como brindar mejores garantías para el sector salud.

Mientras que Tapia expuso que se siguen presentando falencias en el diagnóstico de la Covid-19, así como 'no se han saldado muchas deudas al sector salud y los salarios son muy bajos; muchas IPS tienen deudas de cinco o seis meses con los trabajadores'.

La óptica desde el cuidado crítico

Para José Luis Accini Mendoza, presidente de la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (AMCI), la primera ola de la pandemia por Covid-19 ha dejado varias enseñanzas.

La principal, en su concepto, está relacionada con el aprendizaje sobre 'qué es y qué significa una unidad de cuidados intensivos', como un espacio hospitalario altamente especializado.

'Colombia ha aprendido que el intensivista es el especialista de máxima formación y experticia que debe liderar la atención de los pacientes en estado crítico', sostuvo Accini.

El especialista también destacó que la capacidad del cuidado crítico ha crecido en el país, al punto que en solo seis meses pasó de 5.246 a 10.724 camas: 'Si este aumento no se hubiese dado la oferta hospitalaria se habría colapsado con implicaciones en términos de mayor mortalidad, menos pacientes atendidos y mayor rigor en los criterios de ingreso a UCI bajo el rigor ético justicia distributiva'.

Empero, Accini indicó que dicha oferta ocurrió en desproporción con la disponibilidad y acceso a medicamentos esenciales, puesto que se desabastecieron.

'Adicionalmente, el personal sanitario competente y con experticia, comenzó a entrar en desequilibrio con el incremento de las camas de UCI. Enfrentamos uno de los mayores desafíos con acciones interinstitucionales serias, propositivas y efectivas', explicó.

El presidente de AMCI también cuestionó que la información sigue siendo 'inexacta, incompleta e inoportuna', lo que ha tenido repercusiones en planeación estratégica y las tomas de decisiones de mejoramiento.

Accini fue enfático al sostener que nos 'estamos enfrentando a una patología de la que apenas estamos aprendiendo y con muchas áreas de incertidumbres y de enigmas'.

Por esta razón, la práctica médica en cuidados intensivos ha cambiado a causa de esta pandemia, por lo que la seguridad y el bienestar del talento humano es parte prioritaria de la atención.

'Los temores al contagio reducen el contacto físico con el paciente. Debemos diseñar metodologías para llenar este vacío tan importante en el acto médico. Hemos tenido que aprender a ser autosuficientes y comenzar a hacer muchas cosas que estábamos aprendiendo a hacer', agregó.

Por último, expuso que la reactivación social y la apertura económica amerita dos acciones sensibles para evitar o atenuar el pico de una segunda ola epidémica: la adherencia rigurosa a los protocolos de bioseguridad y de prevención efectiva –tales como el uso de mascarilla, distanciamiento físico y lavado de manos frecuente– y la realización de pruebas diagnósticas con aislamiento selectivo de contagiados, y el rastreo y medida de cuarentena de los contactos.