Reina comprometida. Sin duda, el Carnaval 2020 cerró con broche de oro una nueva década. La reina Isabella Chams quedó tan feliz como los barranquilleros que no han hecho sino ponderar su brillante desempeño. Aparte de los mensajes elogiosos en las redes sociales, hoy en su apartamento no caben los ramos de flores que le han enviado gente de todas partes del Atlántico. 'Fue un Carnaval de la gente, asumí este compromiso y lo cumplí. Lástima que nuestra fiesta sea nada más de 4 días', nos dijo con un poco de disfonía la soberana, quien confesó que el martes de Carnaval lloró de verdad, verdad, con la muerte de Joselito.
Energía y goce. En pleno agite del Carnaval Isabella Chams jamás se sintió cansada e indispuesta de salud. Era tanta la emoción que la embargaba cada día que no dormía mucho y casi no alcanzaba a ingerir sus cotidianos alimentos. El jueves, una vez terminó con sus compromisos, fue cuando vino a sentir que le dolían los pies y se dio cuenta que tenía hasta ampollas. También le quedó un raspón en una de sus piernas al doblársele un zapato durante el desfile de Fantasía en la Vía 40. Como si nada, se levantó de la caída y siguió bailando muy sonriente hasta el final.
Las que siguen. Otra reina a la que le pusieron el ojo y se llevó los aplausos del público fue la infantil Miranda Torres Rosales. Demostró que al ritmo que le toquen baila en forma admirable. Lo hizo con la cumbia, mapalé y otros géneros folclóricos, hasta la champeta. Se lució con su vestuario y con la lujosa carroza que la transportó durante el desfile de los niños y en la Batalla de Flores al lado de Isaac Rodríguez, rey Momo, su buen compañero de fórmula. Dentro de 10 años más, seguramente veremos a esta chiquilla asumiendo el papel de Isabella Chams, porque para el otro año ya se habla de Valentina Lapeira Pumarejo como reina del Carnaval.