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Una gran apertura. La Batalla de Flores, espectáculo multitudinario que dio inicio al Carnaval 2020, colmó todas las expectativas de los barranquilleros. La puntualidad del desfile (12 p.m.) permitió que el público esperara hasta el último grupo folclórico que terminó su actuación a las 5 p.m. Las bellas carrozas, música durante todo el trayecto y las mejores danzas y cumbiambas, con sus atuendos y coreografías, le dieron brillo al Cumbiódromo. Con el orden en bloques, la organización logró un buen equilibrio entre carrozas, creativos disfraces y colectivos participantes. Sin duda fue una de las mejores batallas de la historia.

¿Y la policía?

Pese al esfuerzo grandioso de Carnaval S.A.S, de colocar vallas a lo largo de la Vía 40 y que el equipo encargado del desarrollo de la Batalla de Flores estuviera atento para evitar contratiempos, no faltó el lunar en algunos de los tramos. La gente que se ubicó frente a los palcos, desesperados por el sol, o tal vez llevados por el frenesí callejero, tumbó las vallas para invadir la avenida. No hubo un policía en ese sector que pudiera controlar esa ‘invasión’. Menos mal que esto ocurrió al comienzo sin que lograra empeñar el desfile. Por cierto, la fuerza pública poco se vio. 

Sonó la champeta

Aunque los tambores, flautas de millo y diversos ritmos tropicales sonaron en el Cumbiódromo el sábado, también una buena ‘dosis’ de champeta le dio al público algunos de los trailers que secundaron las carrozas y cierto número de comparsas. Dicen que este género musical afrodescendiente volvió a ponerse de moda en la radio, y ahora en el Carnaval, desde que Shakira lo incorporó en su espectáculo del Super Bowl. Todo un fenómeno musical.

No solo es saber bailar… sino disfrutar, sentir en la piel, pero especialmente contagiar y transmitirles a los espectadores. Eso es lo que ha identificado a la reina del Carnaval Isabella Chams. Lo hizo en las intervenciones que realizó en los espectáculos de la lectura del Bando y el jueves en su coronación. En esta última, volvió a saltar de un baile a otro con diferentes pasos coordinados, giros y movimientos que no todo el mundo es capaz de lograr. Máxime aparecer en el escenario, casi que un abrir y cerrar de ojos, con vestidos diferentes. En cada ritmo, con visibles expresiones de fuerza en su rostro combinadas con su amplia sonrisa fueron reflejos también de su energía y dinamismo. ¡Tronco de bailarina! fue el calificativo que le dio el público que la ovacionó en sus apariciones en ‘Homenaje a los grandes’ en el estadio Romelio Martínez.

Poesía y fantasía I

'Seda dorada del roble/ con hebras de melodía/ seda de la acacia roja/ seda de las campanillas/ que tienen fugaz el aire/ y como el aire palpitan...' dice Meira Delmar en uno de los apartes de ‘Romance de Barranquilla’, poesía que sirvió de inspiración a Amalín de Hazbún para diseñar el vestido que lució Isabella en la noche de su coronación. 'Quisimos plasmar en este traje lo mágico del encuentro entre la naturaleza y la magia de Barranquilla', nos comentó ‘La aguja de oro’, quien también elaboró las 10 fantasías que se puso la soberana para las diferentes escenas del espectáculo.  

Poesía y fantasía II

Más de cuatro meses se requirieron para la elaboración del vestido ‘Romance de Barranquilla’ a cargo de seis operarias bajo la dirección de Amalín de Hazbún. Lo interesante es que las 1.000 flores que adoraron la amplia falda (en la que estuvieron representadas la acacia, jazmín, el jacinto y campanillas, entre otras) fueron hechas a mano con plumas multicolores y pistilos en cristales swarovski. El bordado del corpiño en tonos dorados y boreal fue trabajado en relieve con una fusión de pedrería de diferentes tamaños. Un decorado con plumas de ganso tejidas en forma de filigrana adornó la espalda de la bella creación. ¡Toda una obra de arte! 

Algo nunca visto I

El público que asistió el jueves a la coronación de la reina Isabella Chams quedó gratamente sorprendido con el montaje del escenario, el mismo que exigió el equipo de producción de Ricky Martin, quien se presentó al día siguiente con su tour ‘Movimiento’. Gracias a la alianza que hizo Carnaval S.A.S. con el Metro Concierto, la velada tuvo un matiz muy internacional en ese aspecto. Con la más alta tecnología, gigantes pantallas, impecable sonido, modernos patrones de iluminación (desde columnas robóticas) hicieron parte del espectáculo del astro boricua. Entre músicos, bailarines, personal de seguridad, manager, jefe de prensa y producción, conformaron el equipo de más de 50 personas que llegaron a Barranquilla para acompañar a este ídolo de multitudes.

Algo nunca visto II

Barranquilla fue la primera ciudad de Colombia en la que Ricky Martin inició su gira mundial, luego de Puerto Rico, su país natal, donde lo inició la semana pasada en un repleto coliseo en San Juan, donde repasó con su gente varios de los éxitos que han marcado su carrera. El artista llegó en la madrugada del viernes al aeropuerto Ernesto Cortissoz, en medio de estrictas medidas de seguridad. Tanto él como el personal que lo respalda se hospedaron en el Hotel Dann Carlton.

Para quitarse el sombrero I

Detrás de cada reina del Carnaval hay varias personas que realizan difíciles funciones, casi anónimas, para que todo le salga bien a la principal protagonista de la fiesta. Una de ellas es Ema Cecilia de Escobar, que durante 16 años es quien viene echándose sobre sus hombros la organización de la comitiva real. ¡Qué camello¡ como diría alguien. Lo admirable es que, ella junto con su esposo Luis Guillermo y su equipo, apenas se sabe el nombre de la nueva soberana comienzan a trabajar en la organización para que los acompañantes de la reina tengan a tiempo desde la programación, vestidos, transporte de los buses, envío de correos para recordarles la fecha, lugar y hora, hasta las camisetas que deben lucir en cada evento. 

Para quitarse el sombrero II

Ema de Escobar es quien está pendiente del vestuario de la comitiva para que esté listo el día exacto para su respectiva entrega. Pero antes le da el visto bueno al trabajo de los modistos, sastres y artesanos que lo elaboran. Así, con lista en mano y con un recibo de paz y salvo, cada miembro recibe lo suyo. Para el desfile de la Guacherna, por ejemplo, fueron 700 vestidos uniformes y con diseños distintos para la Batalla de Flores entregó 650. Y eso sin contar las 1.000 camisetas que regala la reina para que en cada evento masivo las luzca la comitiva. Como es de esperarse, a última hora sale uno que otro chicharrón, pero Ema pacientemente lo resuelve.