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El 26 de mayo de 2013 fue el último cumpleaños que celebró Diomedes Díaz. Ese día invitó a varios amigos, y especialmente a su mamá Elvira Maestre, a la casa de su mánager José Zequeda. Todo se organizó para la parranda en ‘El quiosco del Cacique’, como le llamaban al espacio reservado para fiestas y reuniones en la residencia del representante del artista.

Aunque era un día de alegría, por un año más de vida del ídolo musical, el protagonista de la celebración estuvo nostálgico. Así lo recuerda su amigo Joaquín Guillén, el que siempre estuvo ahí para Diomedes. 'Recuerdo que le dijo a la señora Elvira: mamá, espero que me acompañe a mi cumpleaños porque va a ser el último', contó Guillén a EL HERALDO.

Elvira Maestre pensó que era una ocurrencia más del mayor de sus 10 hijos, pero él le insistió y le preguntó si tenía traje negro. '¿Por qué dices eso?, le dijo la señora Elvira, y Diomedes le contestó, porque me voy a morir', relató Joaquín Guillén.

'De la misma forma me lo expresó, ese día a pesar que era de fiesta, vi nostálgico a mi compadre', añadió el amigo.

En efecto, siete meses después, el 22 de diciembre de ese mismo año, El Cacique de La Junta falleció en la casa donde residía en el barrio Los Ángeles, en el norte de Valledupar, sumiendo al mundo musical en un duelo del cual aún sus seguidores, familiares y amigos no se reponen totalmente.

Y es que, según relatos de allegados como Guillén, Diomedes presentía el final de sus días. En varias oportunidades, después de aquel cumpleaños habló de su muerte, tal vez por las afectaciones en su salud que ya venía padeciendo.