Por estos días, Tiziano Dimeo lee vorazmente cualquier artículo o noticia que encuentre sobre los múltiples conflictos en Irán. Tiene 13 años, edad acaso suficiente para ser el delegado representante de una superpotencia energética, un enemigo histórico de Israel y un estado cuyo programa nuclear representaría una amenaza para la paz mundial.
Con tanta información a la mano, Dimeo se olvida por un momento de que cursa octavo grado en el Aspaen Cartagena e intenta defender los intereses iraníes frente a otros países. Viste un saco azul oscuro, una camiseta manga larga impecable y una corbata. Se muestra inquieto y participativo por temas sobre la inmunidad a Jefes de Estado de la jurisdicción penal, por lo que cada tanto eleva su mano para dar su opinión en La Sexta Comisión (Legal) de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Todo, por supuesto, hace parte de una simulación del modelo de la ONU, una iniciativa del Colegio Marymount de Barranquilla, que desde el pasado 2 de noviembre y hasta hoy celebra la versión número 18 del Bamun, evento en el que más de 250 estudiantes de 12 colegios de la región se dan cita en las instalaciones de la institución y del Hotel Dann Carlton para debatir y reflexionar sobre los conflictos internacionales y cómo estos afectan la vida cotidiana.
'Esta es una oportunidad única para que nosotros mostremos nuestro liderazgo a otros', explica Cristian Palacio, estudiante de décimo grado y presidente de la sexta Comisión.
'Lo que más me gusta es que aprendemos a exponer nuestras ideas y argumentar muy bien en público', es la consigna de Dimeo.
En esta versión, el lema de Bamun 'The power to trascend' trata de incitar a los participantes a que crucen las barreras establecidas y logren contribuir a la comunidad internacional promoviendo la paz, la diplomacia y la buena convivencia.
Durante el transcurso del año lectivo, los estudiantes se entrenan para representar el papel de un embajador de un país diferente ante las Naciones Unidas, para ser Presidentes de los distintos Comités, ser miembros de Prensa o de Logística y dirigir el modelo como parte del Secretariado.
En total son seis comités: Desarme y Seguridad Internacional, Legal, Consejo de Seguridad, Crisis Conjunta, Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
A través de estos, los jóvenes abordan temas de suma importancia como la guerra en contra del narcotráfico en Colombia, el caso de las mujeres en Asia: una cultura oculta de injusticia; los esfuerzos globales para combatir la nueva era del terrorismo o el establecimiento del Estado bolivariano de Venezuela como un estado fallido.
Así entonces, se capacitan desde cada uno de los comités en materia de educación cívica, relaciones internacionales, procedimientos parlamentarios, acontecimientos mundiales, protocolo, comunicación efectiva, globalización y diplomacia multicultural.
En medio de su asamblea, Dimeo, por ejemplo, cuestiona la propuesta de quitar la inmunidad diplomática y la creación de una nueva corte encargada de canalizar los delitos cometidos por funcionarios de la ONU, un debate que permite a los estudiantes tomar decisiones sobre la penalización de crímenes. Al final de los encuentros, los delegados aprueban o no las propuestas, tal cual lo propone el Modelo de las Naciones Unidas.
'¿Ves lo empeliculado que está la gente, la pasión que tiene? Aquí es donde comienza el cambio, para cuando seamos grandes podamos hacer cambios en verdad. Esto nos enseña a que sí podemos actuar siempre y cuando tengamos voz ', es la consigna de Mateo Auque, de 16 años.
'Siento que si no estuviese aquí, no sabría todo lo que sé sobre los conflictos en el mundo', dice Valentina Rueda de décimo grado, quien realmente espera 'hacer un gran cambio' en la sociedad desde su experiencia.