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'Ángeles somos, del cielo venimos, pidiendo limosnas para nosotros mismos'. Con ese estribillo cientos de niños salían el 1 de noviembre a pedir comida y dulces para celebrar el Día de los Angelitos y el de Todos los Santos.

El festejo que, según conocedores, surgió por herencia de los españoles al asentarse en tierras americanas, tiene gran arraigo en la tradición popular. 

En la actualidad, el Día de los Angelitos es uno de los rituales que la Iglesia busca rescatar para desprenderse de la celebración de Halloween por considerarla una fiesta pagana y foránea. 

Expertos cuentan que la costumbre viene de la Chaquetía, una tradición que nació en la región española de Extremadura, situada al suroeste de la península ibérica en la que niños y jóvenes iban de casa en casa pidiendo nueces, bellotas, castañas,granadas o almendras para compartirlas entre amigos. 

Asimismo —por influencia de la celebración antes mencionada— los chiquillos colombianos iban por las casas de su barrio pidiendo papa, yuca, verduras y demás alimentos para hacer un sancocho en este día en el que, según la fe cristiana, se conmemoran los santos. 

Recuperación. El Día de los Angelitos era ampliamente celebrado en la Barranquilla de antaño, incluso más que Halloween. Ahora, esa tradición ha vuelto a tomar fuerza en los últimos años. 

Es cada vez más común ver a los menores con sus disfraces de superhéroes, princesas y ángeles, entre otros personajes, el primero de noviembre. 

La recuperación de esta fecha está ligada, en parte, al trabajo de socialización de la Iglesia Católica. 

Por ejemplo, la Comisión de Pastoral Infantil de la Arquidiócesis de Barranquilla busca que los atlanticenses se adhieran a un mensaje que, desde el 2001, viene extendiendo esta entidad 'por la paz en Colombia y el mundo'. 

'Angelitos por la Paz' tiene por nombre este proyecto que busca integrar a los niños a esta fiesta y además brindarles una propuesta de diversión y entretenimiento. 

Con el lema 'Ángeles somos, del cielo bajamos, pidiendo paz para nuestros hermanos', la Arquidiócesis busca que se creen espacios de reflexión sobre temas como la vulnerabilidad de la niñez. 

'Los adultos estamos llamados a compartir tradiciones sanas a los niños, brindar en los hogares protección y cuidado a los más pequeños. Enfrentamos momentos de mucho maltrato hacia la niñez, por tanto en estas fechas especiales se debe privilegiar el tiempo que se comparte con los niños. La misión de cuidarlos es de todos', expresó monseñor Pablo Salas, Arzobispo de Barranquilla. 

Hoy, las parroquias del Atlántico conmemorarán la fecha en sus ceremonias religiosas.