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Cuando la muerte de Aretha Franklin se anunció por la megafonía de la planta automotriz de Detroit donde trabaja Maurice Black, el impacto fue tan grande que los encargados de la planta interrumpieron brevemente la cadena de montaje.

'La expresión en todos los rostros era abrumadora', explicó el hombre de 53 años delante de la Iglesia Bautista New Bethel, donde Aretha comenzó a cantar gospel cuando era una niña y su padre era el pastor del templo.

'Los corazones estaban abatidos, los muchachos trataban de recomponerse, por lo que el encargado dijo que podíamos ir al baño', relató Black. 'Muchas personas fueron, entonces oficialmente pararon la cadena' por un momento.

Lo que provocó esta emoción tan intensa fue que muchos trabajadores recordaron la visita de Aretha a la fábrica unos años antes, explicó. 'Cuando vino aquí, todos gritaron ¡Aretha! ¡Aretha! ¡Reina de soul! ¡Reina de soul!'.

Los autos y la 'Reina del soul' van de la mano en Detroit, la ciudad más grande de Michigan, apodada la 'Ciudad del motor' por su fuerte vinculación desde hace décadas con la industria automotriz.

 Escuche aquí 'Willing To Forgive' (1994):