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Centenares de fieles, en especial procedentes de la región Caribe, se dieron cita este domingo en la procesión del Cristo Milagroso de la Villa, que partió a las 2:00 de la tarde de la Basílica Menor.

La temperatura fue lo de menos, lo realmente importante tanto para los sanbenitinos como para los foráneos devotos del Milagroso era tenerlo cerca, muy cerca, para pedir por una bendición especial o agradecer por las ya recibidas.

A la Basílica no le cabía un alma más. Todos querían el primer lugar y quienes lo lograron, participaron en las tres misas que antecedieron a la de las 10:00, que fue presidida por monseñor José Clavijo Méndez, obispo de la Diócesis de Sincelejo.

San Benito celebró una vez más la fiesta del perdón, la primera del año, con la bajada del Milagroso. Una fecha que nunca varía y que pese a ello, el pueblo, sus gentes y administradores parecen no prepararse para la misma porque la escasez de albergues, de sitios para comer y de hospedajes es la misma de hace muchos años.

También sigue igual o quizás peor que antes el mal estado de las vías internas. Por lo menos el Milagroso logró que mejoraran la vía de acceso a su templo para que las peregrinaciones no solo sean dos veces al año con su bajada, sino de forma permanente como lo hicieron en época dd campaña los aspirantes al Congreso. Todos fueron a pedirle al Milagroso una curul, pero en esta ocasión, pese a la multitudinaria concurrencia a la Basílica, solo se les vio a dos de ellos agradeciendo el logro alcanzado el 11 de marzo en las urnas.