En el patio de la casa de Magín, en su natal Gamero, los tambores no olvidan a su Orisha. Los llamadores y alegres, entonados por quienes cuidarán su legado, anunciaban desde primera hora del día de ayer la triste partida del cautivador de ‘Rosa’, quien con 96 años bien vividos y cantados, murió la madrugada del miércoles persiguiendo sus sueños en Las Vegas, Estados Unidos.
A más de 4.900 kilómetros del frondoso árbol en el que todos los días aguardaba la llegada de la tarde y de un pedazo de panela para mantener intacta su voz, Magín Díaz dio su último suspiro. A las 12:24 de la madrugada, hora colombiana, se apagó la risa contagiosa, la mirada coqueta y la alegría del ganador del Grammy Latino, que horas antes de morir se anotó un nuevo hit en su carrera. Orisha de la Rosa, su primer álbum de estudio, fue nominado en la categoría de mejor diseño de empaque de los Grammy Awards que se entregarán en enero próximo.
'Magín no murió triste. Lo hizo como quería. Conociendo, brillando, cumpliendo sus sueños. Él siempre fue un andariego'. Sentenció su sobrina Rosaura Piñeres, quien dedicó gran parte de su vida a cuidar del artista que hoy tiene de luto a todo el país.
Las últimas palabras del intérprete de Rosa y A pilá el arroz, cuando dejó Gamero hace 15 días, se mantienen intactas en la cabeza de la mujer, según ella misma relata con voz quebrada. 'Carajo, estoy contento. Voy a bailar y cantar para que la gente me conozca'.
En Gamero, como en todo el país, la muerte del cantador de bullerengue, ex integrante de Los Soneros de Gamero, no podía pasar desapercibida. Amigos, vecinos y familiares llegaron durante todo el día a su restaurada casa, ubicada en una angosta y destapada calle de este municipio del norte de Bolívar, a recibir noticias sobre la llegada del cuerpo de Magín a su terruño querido.
'A él le gustaba volar. Viajar con su música, pero siempre dijo que este era su hogar, y aquí quería permanecer siempre', relató Leonardo Torres, uno de los 13 nietos del cantautor bolivarense, quien con tambor en mano se prepara para despedir al abuelo, al colega músico que le enseñó a amar el bullerengue.
Murió después de reconocimientos
La noticia de la muerte de Magín se conoció en Colombia ayer a primera hora del día, luego de que su hijo Domingo Díaz y su mánager Daniel Bustos emitieran un comunicado en sus redes sociales.
'Lamentablemente el espíritu maligno no reconoce fronteras y Magín, a las 9:24 p.m. (hora de Las Vegas) del 28 de noviembre de 2017, en completa paz, agarrado de una mano por su hijo Domingo, de la otra por Daniel y de los pies por Sebastián, con una fila de 5 mujeres enfermeras detrás de la escena, lanzó su último aliento. Magín murió lejos del anonimato y con su hijo Domingo, la luz de sus ojos, tomándole la mano', describe la comunicación que inmediatamente inundó las redes, y pocas horas después hizo del gran Magín tendencia en Twitter.
Sobre el momento exacto de la muerte del llamado ‘Orisha de la Rosa’, Bustos relató que fueron minutos de mucha paz. 'Cuando entramos él estaba muy tranquilo, respirando. Domingo, su hijo, le tomó la mano izquierda, yo le tomé la mano derecha, y Sebastián lo tomó por los pies, porque a él le gustaban los masajes en los pies, y empezamos a sobarlo y sobarlo. De repente el pulso se fue cayendo, la respiración también, y se sintió una paz en la sala. Ese fue el momento en que nos dijo adiós', dijo el filósofo bogotano que desde hace más cuatro años está al frente de la actividad musical de Magín.