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Emoción y nostalgia fueron los sentimientos que invadieron a Carlos Vives durante el concierto que la noche del viernes ofreció a Pescaito, el emblemático barrio del norte de Santa Marta, cuna de futbolistas y grandes cultores.

En la cancha La Castellana – de donde surgió El Pibe Valderrama - y bajo el poder romántico de la luna septembrina, los samarios, visitantes y en gran número venezolanos radicados en la ciudad, interpretaron con él sus canciones.

Fue una noche mágica y alucinante que hizo olvidar - por un momento - la pena de los moradores de este sector, a quienes 48 horas antes del concierto un fortísimo aguacero los golpeó dejando muchas familias afectadas.