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Antes de que saliera Kevin Flórez al escenario el público ya había aplaudido enérgicamente a los 13 niños, provenientes de la urbanización Las Gardenias, quienes a ritmo de champeta le cantaron a la cotidianidad barranquillera y al anhelo de paz en su barrio. Luego de su sorpresivo debut, ayer en el teatro José Consuegra Higgins, el artista se les unió en el escenario y en medio de la algarabía del público los pequeños cumplieron uno de sus sueños: cantar junto a Kevin Florez.

En el público que presenció este encuentro musical sobresalían las togas y birretes de 450 graduados entre afrocolombianos e indígenas de Barranquilla y Cartagena. La cuota musical fue la sorpresa de la jornada que celebró el final del proceso de formación de los jóvenes que, en muchos casos fueron víctimas de la violencia o procedentes de zonas vulnerables de estas ciudades.

Las alcaldías de Cartagena y Barranquilla, la compañía Diageo Colombia, el Centro de Formación para el Trabajo de Gente Estratégica, ASI Colombia y el Programa para Afrodescendientes e Indígenas de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) promovieron el proceso educativo que finalizó ayer con la ceremonia de grado.

Tras bambalinas. Mientras los diplomas y las medallas se entregaban en el recinto principal del teatro, en camerinos los niños aguardaban el momento de subir al escenario. Algunos tarareaban fragmentos de las canciones, un poco de charla entre ellos y bebidas para calmar la sed y la ansiedad.

En esa atmósfera, electrizada por las sonrisas expectantes, estaba Erick Cañate, de 13 años, quien comentó que de las canciones preparadas su favorita era África, de Kevin Florez, porque hablaba del orgullo de ser afrodescendiente.

'A veces como uno es negro lo critican, lo discriminan por eso me gusta África que habla de la tierra que me dio el color', comentó el niño, quien se veía tranquilo en medio de la inminente presentación ante un público de más de 500 personas.

Junto a él, Juliana Carballo, de 13 años, relataba que desde hace un mes iniciaron los ensayos para la presentación. 'Llevamos mucho tiempo practicando en la afinación. Es mucho esfuerzo con el profesor KonSoul para que todo salga bien. Mi canción favorita es Mi gente, la compusimos nosotros para Barranquilla'.

Con las palmas y la voz simularon el fondo musical de la champeta que minutos después sonaría en una pista durante la presentación. En ese ejercicio estaban cuando Kevin Florez se dirigía hacia ese camerino. Él comentaba que era la tercera vez que se encontraba con los niños, pero era la primera ocasión en la que compartiría escenario con ellos.

'Estamos trabajando en el tema que grabaremos juntos, pero como estoy en gira no hemos terminado', decía el artista y agregó al instante que para él ha sido una experiencia muy bonita. 'Son niños que, como yo, se criaron en barrios populares y necesitan el apoyo de alguien que los motive. Trato de darles ejemplo para que cojan el camino bueno de la música y no el de la violencia o la delincuencia', expresó minutos antes de salir al encuentro de los pequeños.

Risas, abrazos y un concierto de voces felices comenzó en la habitación con la entrada del artista. El reloj emprendió la cuenta regresiva mientras un miembro de la organización anunció que ya era hora de subir al escenario.

'Una oración antes de que suban al escenario a dar lo mejor', propuso Kevin Flórez y al instante una ronda se formó entorno a él. Con los rostros inclinados los niños encomendaron a Dios la presentación y los proyectos futuros.

El debut en escenario

Detrás del telón cerrado se escuchaban los murmullos del auditorio que aguardaba lo que continuaba en el programa. Con las luces tenues los niños avanzaron hasta el centro de la escenografía y después de unos instantes en silencio luces de colores los iluminaron y la pista sonó para darle paso a sus voces con el tema Mi gente.

Esta es mi gente, que está presente. Esta es mi gente, del vecindario, camina sin chancleta, descalzos por el barrio... Oyen champeta, salsita y reggaeton, también el vallenato se oye en el callejón..., cantaba el grupo de Las Gardenias y el público ante la alusión de situaciones cotidiana respondía con aplausos y risas generalizadas.

La segunda canción del repertorio fue No sé qué pasará, otra composición que es resultado del proceso cultural que dirige el profesor Andrés Varela, conocido como ‘KonSoul’, en la urbanización a la que pertenecen los jóvenes.'Esta segunda canción busca sembrar conciencia sobre la armonía en las comunidades para que tengamos un cambio social', explicó KounSoul.

Con África llegó Kevin Flórez y el auditorio retumbó con gritos y aplausos por la sorpresa. Los niños interactuaron con él mientras entonaba temas como De amor nadie se muere, entre otras canciones.

Una nueva canción

'En el tema que estamos trabajando con los niños combinamos la parte urbana, de calle que es característica de la champeta y además habla de la educación, de la paz, pero la idea es que sea un tema que se baile, algo para disfrutar', señaló Flórez.

El artista urbano aseguró que la canción ya tiene la pista musical lista y en las próximas semanas se realicen las jornadas de grabación con los niños de Las Gardenias.

'La idea es que en menos de dos semana podamos mostrar algo, un adelanto para EL HERALDO que ha hecho posible este encuentro. Queremos inspirar al público mostrar ejemplos de vida, que otros niños como los de Las Gardenias puedan creer en sus sueños', expresó el artista.